Del final de Sabina al principio: viaje a 'La Mandragora'
Esta semana celebramos la jubilación de Joaquín Sabina recordando su primer disco en directo
Krahe, Sabina y las noches más locas de Madrid
Madrid
A comienzos de los años ochenta Madrid era una ciudad muy diferente a la que es hoy en día. Aquel Madrid tenía más rincones, tugurios y lugares secretos que no aparecían en vídeos de recomendaciones de Instagram. Uno de esos lugares estaba en La Cava Baja 42, en el barrio de La Latina, allí cada jueves y tras algún Valium, se subía al escenario Javier Krahe que acabó rodeado de Joaquín Sabina y de Alberto Pérez dando forma a un espectáculo entre lo cómico, lo satírico y lo musical. Una de esas noches acabó dando forma a La Mandragora, el primer disco en directo de Sabina.
La unión de Krahe, Sabina y Pérez dejó muchas noches míticas en aquel bar de copas con un diminuto escenario y una parroquia escasa pero fiel entre la que se podía encontrar a Forges, a Moncho Alpuente o a Jimmy Giménez Arnau. Aquel experimento que acabó en disco tuvo un momento que lo catapultó todo cuando el trío apareció en TVE en el programa de Carmen Maura cantando Marieta. La palabra “gilipollas” se coló en primetime y las líneas telefónicas de la televisión pública ardieron con llamadas de moralistas indignados, aquello quizá sea el mejor reflejo de cómo era todavía aquella España de ese 1981.
Joaquín Sabina y la búsqueda de la canción perfecta
La Mandragora es un disco peculiar donde el humor prima y donde los cantautores son más cómicos que cantadores de penas. Este disco capta la esencia desenfadada de aquellas veladas sin pretensiones que anticiparon lo que iba a ser la carrera de Sabina.
Esta semana nos adentramos en La Mandragora y lo hacemos en la compañía de Rubén Lena, con los recuerdos de Pancho Varona y con los reportajes de Lucía Taboada.