Janet Novás: "El cine es menos libre que la danza, pero ser libre también puede resultar agotador"

Madrid

Janet Novás (Porriño, Pontevedra, 1982) recuerda que para ella "ni siquiera es necesario que el baile se articule en una coreografía, el baile está en el gesto. Para mí bailar es una necesidad, al punto de que el cuerpo me lo ha contado todo... La vida entera" Y retrotrayéndose a la infancia, Janet cuenta que "La danza enseña lo ancestral. Luego hay niños y niñas que nacen con una sensibilidad especial, yo soy uno de ellos.

Bailar fue un impulso que le llegó pronto, ya desde niña, como comenta la bailarina y premio Nacional de Danza, pese a que a su alrededor no había nadie con pretensiones artísticas. Enseguida supo que la forma de expresión más veraz, la que nunca miente, no como ocurre muchas veces con las palabras, siempre es el cuerpo. Y a él atiende desde la primera intuición infantil, y así nació su pasión por la danza. "Es impresionante las cosas que puede decirte el cuerpo, a mí el cuerpo me ha enseñado todo, la vida entera". Y eso que ella reconoce, lo reconoce también en otros bailarines o aprendices de bailarines: "Todos los bailarines se reconocen enseguida. Después - aclara Novás- hay escuelas. Yo soy muy visceral".

Defiende la gallega el arte para todos, sin pensar en la élite, porque como sus padres y abuela, ellos saben mucho sin saber la técnica ni la trastienda de la danza. "Siempre que pienso en un espectáculo y si gustará, pienso en mis padres porque yo quiero que el arte llegue a todas partes. Yo procedo de una zona rural, entonces me parece que esa gente, que es muy sabia y a mí me ha enseñado muchas cosas, merece sentir y disfrutar del arte, eso me parece un acto de justicia". Algo que tiene que ver con el universo de sus preferencias: "Primero está la emoción y luego la comprensión, siempre por delante lo emocional. La emoción nos coloca a todos los seres en el mismo nivel".

Un buen año

Este, como el anterior, ha sido un buen año. En 2024 porque en su debut como actriz en la comprometida e incómoda película O Corno, se llevó el premio Goya a la mejor actriz revelación y este porque, también por su labor en la interpretación, ha sido galardonada en esta modalidad con el Premio Nacional de Danza, además de su regreso al cine en uno de los papeles de Romería. "Yo llego al cine, a la película O Corno porque su directora escribe el personaje de María basándose en mi capacidad física de interpretación".

Y es entonces, al final, cuando en el diálogo, después de comentar su extraordinaria experiencia tras haber hecho cine, surge el enemigo más insistente y dañino de los creadores: la precariedad. Sobre todo el que se da en un arte como la danza. "La danza está en todos los videoclips, en TikTok, pero apenas existe circuito, ni industria. En el proceso de creación puede que el cine sea menos libre que la danza, pero también es verdad que ser libre a veces es agotador", concluye Janet Novás, infatigable y feliz a pesar de todo.