El FaroEl rompeolas
Ocio y cultura

La bandeja de Lolo, símbolo de los gallegos que emigraron a Argentina buscando un futuro mejor: "Mi abuelo usó esa bandeja 30 años y sacó adelante su familia"

Los dueños de un restaurante en A Coruña, 'Terra Nosa', homenajean a su abuelo, 'Lolo', que emigró a Buenos Aires buscando un futuro mejor y trabajó toda su vida de camarero con la misma bandeja

La bandeja de Lolo, símbolo de la emigración gallega a Argentina en el siglo XX

Al entrar en 'Terra Nosa', el restaurante del Hotel Ibis de A Grela, en A Coruña, encontraremos expuesta en la primera pared que da a la entrada una bandeja metálica. No se trata de una nueva tendencia de decoración rústica como el moderno que cuelga una paellera del gotelé y no tiene ni idea de hacer una paella. Las letras que enmarcan este objeto nos da alguna pista de que esconde mucha más historia: "Abuelo Lolo", en referencia a quien la usó durante 30 años como camarero.

Aunque cuelga de la pared desde hace apenas un mes, cuando el restaurante cumplió su primer aniversario, la historia de este sencillo objeto metálico comenzó hace un siglo, cuando su dueño, Manuel Rodríguez, más conocido como Lolo, emigró con solo 15 años desde Galicia a Argentina buscando un futuro mejor. Su nieta Natalia Rodríguez recuerda en El Faro cómo su abuelo trabajó con ella incansablemente hasta el día que se jubiló.

Más información

"Llegó en una de las camadas de inmigrantes a Buenos Aires. Su primer trabajo y hasta el día que se jubiló fue de camarero. Así que esa bandeja la usó hasta el día que se jubiló. La usó durante treinta años y sacó así adelante a la familia. Sacó adelante a mi padre, que pudo estudiar su carrera universitaria. Así que es muy fuerte como símbolo para nosotros".

Esa bandeja fue testigo de todo el esfuerzo de Lolo, pero también de la evolución de la familia en Buenos Aires, porque la bandeja era suya, no del restaurante, y también la usaba en casa. "El primer recuerdo que yo tengo de esa bandeja es en la casa de mis abuelos, o sea, mi abuelo ya estaba jubilado, yo era muy pequeña. Un oficio llevado en la sangre porque la usaba en su propia casa", recuerda Natalia.

Ver a los camareros recorres los establecimientos a toda velocidad con estas bandejas podría hacernos pensar que se trata de algo fácil, pero requiere de una habilidad y una fuerza que Lolo demostró durante 30 años. "Una imagen que tengo grabada de él, que a mí siempre desde chiquita me llamó la atención, es que él tenía los dedos muy anchos, como muy muy trabajados, y eso era por llevar la bandeja. Y ahora, desde que nosotros estamos en esto, sé como coger la bandeja, lo disfruto, y me remite completamente a esa fuerza de la mano de mi abuelo".

Aunque Manuel Rodríguez construyó la mayoría de su vida en Buenos Aires, y tuvo su hijo y sus cuatro nietos en la capital argentina, siempre tuvieron, todos ellos, el corazón dividido por el Atlántico con un pedacito en Galicia. "Mi abuelo siempre tuvo una morriña muy grande, que nos atravesó incluso hasta sus nietos a través de mi papá, con estas ganas siempre de volver. Ahora toda mi familia estamos viviendo en Galicia y ya te digo para mí estar acá es como haber vuelto a casa".

Hace tres años que la familia al completo vive en Galicia, donde se encargan de este restaurante que, como decimos, ha cumplido un año y desde hace un par de meses hace remontaje a Lolo con su bandeja enmarcada como merece, cerrando así el "círculo de la vida", que es como Natalia y su familia llaman a la bandeja de su abuelo, pero también al recorrido que han hecho a través de las generaciones de Galicia a Buenos Aires, para regresar ahora todos juntos, a A Coruña.