Martín Caparrós: "Dios es el azar de los creyentes"

Madrid

'BUE' es la nueva novela del argentino Martín Caparrós, un libro muy particular sobre la ciudad que lo vio nacer, Buenos Aires. El periodista y escritor nos habla en esta entrevista en 'Hora 25' sobre qué es una ciudad hoy en día, cómo son las personas que la habitan y el mundo al que pertenecen.

Aimar empieza leyendo una de sus frases preferida de 'BUE': "Y entonces, en algún lugar de la ciudad, la belleza de una mesa usada: copas casi vacías, pocillo de café, las servilletas unos bollos, las tres manchas moradas del vino derramado. Relumbre de lo que fue tan brevemente: de lo que ya no es". ¡Qué bueno que hayas elegido justo ese fragmento, uno de los trozos que más me gustan de ese libro!, dice Caparrós.

La ciudad

"Fue difícil la idea de contar una ciudad. ¿Cómo se cuenta una ciudad? Es absolutamente imposible, por supuesto, pero uno puede tratar de dar la sensación de que lo que cuenta es algo parecido a esa especie de caos sinfónico que es una ciudad", empieza reflexionando el argentino. "Todo ese caos es lo que me atraía".

Sobre el extraño invento humano que es la ciudad, el autor de 'BUE' hace esta reflexión: "Nos hemos acostumbrado a esta cosa un poco aterradora de que sobre nuestras cabezas, a un metro, hay gente caminando; bajo nuestros pies, a otro metro, hay gente pensando con sus cabezas, si es que lo hacen... Pasa de todo a nada de distancia de cada uno de nosotros y no nos parece raro. Es lo más extraño que hemos inventado en la historia de la civilización".

La ciudad está llena de gente, de historias: "A mí me gusta mucho mirar", dice Caparrós. "Yo me he pasado la vida mirando. Tengo una profesión que te da patente de corso para ser voyeur, para ir mirando... 'estoy trabajando, observando para poder contar...' ¡Las pelotas! Lo que soy es un mirón. Y si miras un poco en serio, ves que hay tantas historias dando vueltas alrededor".

Buenos Aires y Madrid

¿Buenos Aires es la ciudad de Martín Caparrós? "Sí. Llevo más de doce o trece años sin vivir en Buenos Aires, pero alguien decía que tu ciudad es aquella a la que nunca llegaste. Yo me acuerdo de cuando llegué a Madrid, París, Nueva York, Barcelona... Pero no me acuerdo de cuando llegué a Buenos Aires. Y eso es lo que hace la diferencia", responde.

¿Y Madrid? "Cuando uno vive en una ciudad a la que sí llegó, quedarse en ella es un gesto activo de parte de uno. Es algo que uno está constantemente renovando. En mi caso es Madrid, yo tengo mucha relación con Madrid, es muy importante para mí, pero si me escuchas, yo no tengo acento madrileño ni traté nunca de tenerlo. No me soportaría escuchándome con un acento que no fuera el de la ciudad a la que nunca llegué".

El azar, Dios y el futuro

El escritor pensó por un momento llamar el libro 'Azar acecha'. El azar está muy presente en su libro: "Yo creo que Dios es el azar de los creyentes. Se han tenido que inventar un dios porque no soportan la idea de que las cosas pasen por azar. El azar es decisivo. Que un coche te atropelle es un azar absolutamente puro y todo lo es, en general. Es un poco aterrador pensar que todo lo que nos pasa tiene que ver con el azar. Los más cobardes, los que no soportan esa idea, se inventaron un dios para decir que las cosas tienen sentido, que suceden porque hay un poder superior que así lo determina".

Hay una edad, cada vez más tardía, en la que la vida deja de ser un chiste y pasa a ser una tristeza, escribe en su libro Martín Caparrós: "Uno se da cuenta de que lo que iba a hacer ya lo hizo. Nos pasamos la vida jugueteando con el futuro: 'bueno, yo estoy haciendo esto que no está mal, que lo estoy pasando bien... Pero ya van a ver cuando realmente haga aquello para lo que estoy preparado'. Llega un momento en el que ese chiste ya no corre porque es evidente que ya serás el que fuiste. Y es duro cuando te das cuenta de eso, cuando tienes que aceptar que ya no hay futuro para venderte".

Hacia el final del libro, nos encontramos con esta frase tan dura: 'Durante mucho tiempo supuse que el futuro me sucedería a mí también; ahora, que sé que no, no hay nada que extrañe más que la idea de un mundo muy distinto que nunca voy a conocer'. Ante esta frase, su autor reflexiona: "Siempre viví pensando que alguna vez iba a ver un mundo distinto. Ahora ya sé que no. Y es fuerte".

¿Y el presente? ¿Cómo describe Caparrós el momento sociopolítico que estamos viviendo? "Para empezar, muy sorprendente. Nadie pensaba que esto iba a ser así. El colectivo de gente que trata de entender cómo funciona el mundo tiene cierta capacidad de anticipar cosas. Esto no lo anticipó absolutamente nadie, esta vuelta de la derecha y la derecha extrema, la recuperación del hiper-individualismo, que se mezcla mucho con la violencia hacia todos los demás, el odio, el que hay que salvarse solo... No lo creíamos y estamos muy como, en mi barrio dirían, en bolas y gritando sin saber qué hacer con esta situación", concluye.