Verónica Sánchez: "Estaba trabajando en una pizzería de camarera cuando me dieron el papel protagonista"

Madrid

Hoy, todos los aficionados al cine y las series de televisión, no tardarían demasiado tiempo en reconocer y ubicar a Verónica Sánchez como la hija e hijastra de Belén Rueda y Antonio Resines en la serie Los Serrano, en cintas como "Al sur de Granada", la exitosa Los dos lados de la cama o Gordos. Y, sin embargo, no todo fue sencillo en los comienzos, muy al contrario, "hubo un momento en que tuve que priorizar. Yo me había venido a vivir a Madrid, desde Sevilla, pero mi padre se puso enfermo y yo no tenía la capacidad de poder acceder a castings en Madrid. Y no fue tanto pensar en abandonar la toalla como pensar en regresar y atender entonces a lo importante",

De hecho, hubo un Plan B a la interpretación y estaba en la Filosofía, en el gusto por la fascinación que le procuraba especialmente Nietzsche: "En eso y en la lectura, porque leer ha sido siempre mi refugio desde que era pequeña, a lo que me abandonaba muchas veces por mi timidez o cuando tuve en la adolescencia un desengaño amoroso. La lectura todavía sigue siendo fundamental".

Pero la actuación fue para adelante y en ello no fue casual su encuentro con Antonio Resines, antes de que se convirtiera en la "hijastra" en la ficción de él en la famosa serie Los Serrano. "Estaba en Sevilla, trabajando en una pizzería de camarera, cuando Fernando Colomo, el responsable de todas las cosas buenas que me han pasado en el cine, me dio el papel protagonista de la película Al sur de Granada, donde estaba Resines. Él fue el que me recomendó para que hiciera las pruebas para el papel de Eva, su hijastra en Los Serrano.

Tampoco, entre recuerdos, se olvida del absoluto privilegio que supuso actuar junto a Fernando Fernán Gómez un año antes de que el gran escritor, intérprete y director muriera: "Fíjate si fue importante -comenta Verónica- que en el rodaje en el que coincidimos, cuando no me tocaba rodar me acercaba a su camerino, llamaba y cuando me preguntaba si me tocaba rodar, yo le contestaba que no, que simplemente me había acercado para que me pusiera contar cosas y poder escucharle"

Entre pasaje y pasaje de su vida, algunas anécdotas, algunas increíbles, solo posibles en realidad si uno o una se deja enredar por Luis Alegre. "Un día me llama Luis -dice Verónica, quien cree que, 20 años después, la anécdota ya puede ser contada- y me cita en el Café Gijón. Poco después él iba al cine con unos amigos y me dice que por qué no me sumo a ellos, le pregunto quiénes son, si son del mundillo y me dice que no exactamente. Me quedo de piedra cuando en los Cines Verdi de Madrid, aparecen Felipe y Letizia".