Natalia Lacunza: "Si no haces un Movistar Arena parece que no haces nada con tu vida y yo me estoy ganando la vida con esto"

Han pasado siete años desde que Natalia Lacunza (Pamplona, 1999) salió de la academia de Operación Triunfo como tercera clasificada de su edición. Desde entonces y a pesar de que para ella cada año de esos haya sido "como tres años, como años de perro", ha cosechado dos discos cortos y otros dos largos. El primero, 'Tiene Que Ser Para Mí', llegaba en 2022 y tres años después presenta el segundo bajo el título de 'N2STAL5IA'.

El nombre del disco juega gráficamente con la palabra nostalgia y el número 25, en referencia a la edad con la que Lacunza lo ha ido creando. Es consciente de su juventud, aunque dice que a veces siente que tiene más edad de la que le corresponde. De ahí nace este álbum: "Con la crisis de los 25 me refiero a esa primera entrada oficial en la entrada adulta, a verte cada vez más lejos de tu adolescencia y de esa excusa de ser joven. Es la primera vez que tienes que aceptar que estás creciendo, que ya no hay tutía y que estás jugando al juego serio de la vida".

La música le sirve como canal de desahogo y como herramienta de autocomprensión. Por eso, se reconoce de alguna manera en el papel de representante de las personas de su edad: "Si ese ejercicio me convierte en portavoz generacional es un honor y también hay veces que siento mucho que estemos pasando por esto".

Mirando hacia dentro, ha conseguido plasmar su sentir en los 14 cortes de 'N2STAL5IA', un álbum "más tortuoso y menos inocente" que el primero. "Me he vuelto más perfeccionista, más exigente y eso a veces está muy bien, pero llega un punto en el que te puede limitar a ti misma y ponerte en lugares bastante horribles y oscuros", se sincera a la vez que recuerda a todos ellos en los que se ha apoyado como "punto de anclaje" en los momentos duros.

Quizá no sea la cara más visible del panorama español a nivel internacional, pero no le pesa lo más mínimo. De hecho, cuando piensa en el reconocimiento asume que todavía le quedan cosas por hacer, pero es agradecida con lo que tiene ahora mismo: "Si la Natalia de 10 años viera lo que me está pasando, lo que me ha pasado hasta ahora y lo que tengo ahora mismo, sería un sueño cumplido".

Natalia Lacunza es una artista con un mundo interior inmenso y se ríe al reconocerlo con una frase que bien podría titular una biografía: "Sin una tormentita, no hay un disquito. Un terremoto viene muy bien".

La gira de su nuevo álbum empieza en Santiago de Compostela el 15 de enero y hace escala en La Riviera de Madrid el 12 de febrero y en el Paral.lel 62 de Barcelona el 19 de febrero, junto a otras muchas ciudades que se pueden consultar en su web.