Qué fue de... Joseba Llorente, el pistolero más rápido que ha visto la liga española

Joseba Llorente Etxarri (Hondarribia, España, 1979) fue un currante del gol que llegó a hacer de las suyas en la Champions League después de largos años engrosando sus registros en campos humildes. Dejó atrás sus orígenes en el fútbol vasco decidido a explotar su fútbol y fue en Valladolid donde despuntó su facilidad para ver puerta en la élite española. En el José Zorrilla dejó actuaciones para el recuerdo y una marca para la historia, la del gol más rápido que se ha cantado en un partido de LaLiga (7,22 segundos), antes de consagrarse como un auténtico killer y un ídolo en distintos puntos del mapa de España.

El joven canterano txuri-urdin que empezó a dejar detalles con el primer equipo de la Real Sociedad con sólo 19 años despertó la atención de un Eibar que, a escasos kilómetros de casa, le ofreció nuevo cobijo y la oportunidad de foguearse en Segunda División. Y aunque las lesiones complicaron en demasía su cesión en el conjunto armero, las buenas sensaciones plasmadas en este curso hicieron que, dos años después y ante la falta de minutos en San Sebastián, el club terminase por apostar por él en propiedad.

Y así, con minutos y confianza, Joseba Llorente demostró a la familia del Eibar que habían dado en el clavo con su fichaje. Los goles se le cayeron por sí solos en dos temporadas como indiscutible referente ofensivo eibarrés. Se convirtió en la estrella de Ipurúa cuando todavía la Primera División se asumía como un sueño lejano en estas latitudes y, convertido en uno de los goleadores más codiciados de la categoría de plata, se ganó la confianza del Real Valladolid para sumarse a su proyecto de regreso a la élite.

La de Pucela fue su primera experiencia profesional fuera del País Vasco. Una decisión que catapultó su carrera como tanto había soñado. Tres años de blanquivioleta bastaron para dejar un dulce recuerdo que todavía perdura en la capital castellanoleonesa. Y es que Joseba creó una sociedad inigualable en el José Zorrilla con otra leyenda del club como Víctor Fernández. Repartiéndose goles sin cesar, el Real Valladolid celebró su ansiado ascenso en el verano de 2007, justo antes de demostrar que sus cracks tenían nivel de sobra para brindar espectáculo incluso ante los 'cocos'.

Consagración en Primera y en Europa

En Primera, ya con el Valladolid, Joseba Llorente siguió haciendo las delicias de su afición y de todos aquellos que presenciaban su caricia desde el televisor. Así se erigió como una de las grandes revelaciones del campeonato, metiéndose de lleno en la lucha por el trofeo Zarra al máximo goleador español de LaLiga y finiquitando este curso liguero con 15 goles para celebración pucelana. La alegría, eso sí, terminó siendo efímera para los vallisoletanos al término de esta temporada, puesto que el delantero se despidió en alto después de aquella temporada.

No dejó pasar Joseba el tren de la Champions League que le ofreció el Villarreal y no pudo estrenarse de mejor manera. Cuatro tantos firmó en su única participación -incluso se lució con un hat-trick frente al Aalborg-, confirmando que había trasladado su idilio con el gol a la costa este. También al año siguiente dejó pinceladas de su calidad en la Europa League, marcando en competiciones europeas por segundo año consecutivo.

Tras ello llegó el momento de regresar 'a casa'. Fue en el 2012 cuando volvió a enfundarse la camiseta de la Real Sociedad, conformando un ataque temible junto a Raúl Tamudo o Borja Viguera. Pudo sacarse la espina de ser una pieza importante en el equipo de su tierra, aunque reiterados problemas físicos impidieron que sus números explotasen definitivamente en Anoeta. Acabaron siendo dos años de infortunios uno tras otro y la solución volvió a encontrarse fuera. Osasuna le brindó una nueva oportunidad en Pamplona, donde marcó sus últimos goles en activo antes de colgar las botas precipitadamente a los 33 años poniendo fin a su calvario de lesiones.

¿Qué hace ahora?

Tras un final de trayectoria futbolística muy marcado por problemas físicos, Joseba Llorente ha sido capaz de reencauzar su vida para disfrutar de nuevo del deporte. Ya como exfutbolista, el de Hondarribia ha sido capaz de conservarse en unas condiciones excelsas para convertirse en uno de los atletas más reconocidos en carreras populares. Y ahora, sin el balón en los pies, se ha especializado en distancias largas, participando en conocidas carreras en el norte del mapa español en los últimos tiempos y dejando unas marcas que no han pasado desapercibidas.

Llorente se ha dejado ver en un buen número de maratones. Sobre todo, se ha convertido en corredor habitual en la famosa Behobia-San Sebastián, donde sus tiempos han destacado en tres de las últimas ediciones. Su mejor tiempo quedó recogido en el año 2019, cuando fue capaz de completar los 15 kilómetros en 1h5'90".

Pero, manteniendo la trabajada figura de guerrillero que se ganó durante su etapa de futbolista, ha sido capaz de afrontar pruebas aún mayores. Ha preparado su cuerpo concienzudamente para ello y, a buen seguro, uno de los exámenes más duros que ha asumido ha sido en la Zegama-Aizkorri, toda una maratón de montaña en la que ha llegado a repetir pese a las más de 5 horas de sacrificio que le ha conllevado cada una.

Por lo demás, Joseba Llorente se ha enfocado hacia una nueva vida mucho más familiar. Alejado del foco mediático, ha querido dejar su pasado en los terrenos de juego a un lado y se ha dejado ver en contadas ocasiones.