La primera atracción de la historia es rusa: y no, hoy en día no te montarías en ella

Mario Martín, probador de atracciones, ha sido uno de los últimos invitados de Me pasa una cosa. Mario habló durante el programa de la primera atracción de la historia.

Mucho antes de que existieran las montañas rusas de acero, los arneses de seguridad o los parques temáticos, en Rusia ya se disfrutaba —o sufría— de la que está considerada la primera atracción de ocio de la historia: enormes toboganes de hielo por los que la gente se lanzaba sin más protección que su propio valor.

Aunque la élite rusa los convirtió en un entretenimiento habitual y hasta se levantaron estructuras más elaboradas para los zares. "En aquella época creo que gobernaba Catalina, y era su entretenimiento", comenta el probador de atracciones.

Lo cierto es que, bajo los estándares actuales, estas atracciones serían consideradas extremadamente peligrosas.

Con el tiempo, estas "montañas rusas de hielo" inspiraron a ingenieros europeos a desarrollar las primeras atracciones de raíles y, finalmente, las montañas rusas modernas. "Luego esa idea se llevó a la expo de París, finales del siglo XVIII, y de ahí esa idea en la que ya la evolucionaron. Después ya fueron los estadounidenses los que se volvieron locos e hicieron circuitos cerrados con vagones a finales del siglo XIX", afirma Mario Martín.

Para concluir, el experto en montañas rusas habló sobre de dónde nace realmente la idea de este tipo de atracciones. "Realmente el origen de los parques de atracciones, de las montañas rusas en concreto, el ejemplo más cercano lo tenemos en un tobogán de un parque infantil", sentencia.