Europa recupera la voz

Barcelona

Se presentaba como el más discreto, el más prudente, el más tímido. Y sin embargo, ha respondido con contundencia –eso sí, sin insultos ni desprecios—a las andanadas de Donald Trump contra Europa.

Este, en su nueva Estrategia de Seguridad Nacional, había despreciado sin límite, en los últimos días, a los europeos: como a gente que “se enfrenta a la desaparición de su civilización”, como a los últimos ciudadanos de un continente que se convertiría en irreconocible a causa de la inmigración. Y lo decía, por cierto, el presidente de un país que se ha forjado exactamente sobre sucesivas olas de inmigración: una tras otra, decenio a decenio, siglo a siglo. E invitaba a votar por los partidos europeos ultras, racistas, iliberales, de extrema derecha, como el suyo.

Pues bien, el discreto, el prudente, el tímido ha resultado ser el que habla más claro. Y el que lo hace de la forma más valiente. Es el ex primer ministro portugués, António Costa, actual presidente del Consejo Europeo, la institución que reúne, en cumbres periódicas, a los cabezas de filas de los Ejecutivos de los 27. “No podemos aceptar esa amenaza de interferencia en la vida política de Europa”, ha respondido Costa. “EEUU no puede reemplazar a los ciudadanos europeos para elegir cuáles son los partidos buenos y los malos”. “Los aliados” verdaderos “respetan la soberanía de sus aliados”, apostillaba.

Ojalá se apunten a recuperar la voz y a reforzar esta línea de resistencia fuerte la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen; y la del Parlamento, Roberta Metsoli. De momento, parecen esconderse bajo mantos de silencio, en un estado de tembleque.