"La gran ironía es que trabajamos como en teatro pobre": Oona Chaplin habla sobre cómo ha sido grabar 'Avatar: Fuego y ceniza'

Madrid

Oona Chaplin llega a La Ventana para presentar 'Avatar: Fuego y ceniza', la nueva entrega del universo creado por James Cameron. La intérprete da vida a Varang, jefa de los Mangkwan, y asegura que su relación con la saga comienza "en una época en la que me había construido una casa del árbol en la selva de Cuba y pocas cosas me podían sacar de allí". Según cuenta, vivía centrada en plantar comida y diseñar una vida autosuficiente cuando Cameron se interesó por ella.

"El director me llamó y hablamos 45 minutos sobre el potasio, la alfalfa y la importancia del agua", recuerda. La actriz relata que ambos conectaron por su interés común en la naturaleza y que, en realidad, el director "no tuvo que convencerla". Para ella, 'Avatar' ya era impactante. "Es el blockbuster con el que más conecto", reconoce mientras sostiene que las cintas plantean cuestiones profundas que no son habituales en el cine de gran presupuesto.

Un rodaje "como volver al teatro pobre"

Sobre la experiencia en plató, Chaplin explica que "es como ir a trabajar en pijama": se olvida pronto de los sensores, el casco o la cámara y todo se convierte "en un ejercicio de imaginación constante". A su juicio, la "gran ironía" es que la película más cara termina pareciendo teatro pobre en su proceso creativo. "Luego James Cameron hace la magia", afirma.

La actriz sostiene que el cineasta crea una atmósfera tan potente que el elenco no duda del resultado final. Considera que el director plantea preguntas complejas sobre la identidad, el trauma o el odio, elementos que, según apunta, son especialmente pertinentes "para el momento en el que vivimos", explica.

"Ha sido una de las experiencias más increíbles de mi vida"

En cuánto a su relación con Cameron, Chaplin asegura que trabajar con él "ha sido de las experiencias más increíbles" de su trayectoria: "Es generoso, cariñoso y un genio poderoso", afirma. La actriz relata que el rodaje se extendió durante 18 meses y que fue un ejercicio de confianza permanente.

Una herencia artística y una vida fuera de Hollywood

Nieta de Charles Chaplin, la intérprete admite que el apellido "pesa", pero lo vive como una responsabilidad alegre. Considera que crecer en una familia creativa ha sido "una de las mejores educaciones posibles" y sostiene que los dos regalos más grandes para cualquier niño son la imaginación y la curiosidad.

Reconoce que, al principio, no quería ser actriz. Su plan era estudiar economía, pero una obra en el colegio cambió el rumbo. "He intentado dejarlo muchas veces, pero no lo logro", confiesa.

Chaplin reside actualmente en Estados Unidos, donde vive con otras familias y asegura estar construyendo "nuestra propia Pandora" en el norte de California. Explica que su familia siempre ha trabajado desde la conciencia ambiental y que, cuando algo te importa, "ya no deja de importarte". Por eso, mantiene vínculos con líderes indígenas de todo el mundo y defiende que la tecnología espiritual y las tradiciones milenarias "ayudan a plantearse la vida desde lo elemental", concluye.