La película que humilló a Woody Allen y lo hizo jurar: "Nunca volveré a escribir sin dirigir"
El cineasta vio como los productores de la película añadieron secuencias extras sin su permiso
La película que humilló a Woody Allen y lo hizo jurar: “Nunca volveré a escribir sin dirigir”
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Madrid
Tras varios años de carrera como guionista humorístico para la televisión, a Woody Allen se le quedó corto el mundo de la pequeña pantalla. El estadounidense necesitaba grandes retos, un nuevo escalón en su carrera artística, y ese nuevo objetivo lo encontró en el mundo del cine.
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Woody Allen llegaba totalmente desnudo a la industria del séptimo arte, el estadounidense no había recibido nunca ningún tipo de formación dentro de esta disciplina, pero la ilusión y su rápido aprendizaje le llevarían a consagrarse como una de las figuras más importantes del cine internacional.
Su primer trabajo, una decepción
El estadounidense no quería arriesgar en su primer trabajo, así que se mantuvo dentro de la labor en la que ya había ganado experiencia durante su etapa televisiva. El primer proyecto de Allen en la gran pantalla fue ejercer como guionista para la película de comedia titulada What's New Pussycat.
Allen dedicó gran tiempo a la escritura del guion de este filme, acabó muy contento con el resultado, pero su idea no cuadraba en nada con lo que finalmente se proyectó en las salas de cine. Los productores de la película, al recibir el guion del cineasta, no terminaron del todo cautivados por la idea que este proponía, así que realizaron múltiples cambios que dejaron casi desaparecida la idea original de Allen.
La película fue un éxito taquillero, pero el cineasta acabó muy enfadado al ver que su idea no se había respetado, él consideraba que era una mala película. "No me representa en absoluto, si la hubieran hecho como yo quería habría sido mucho mejor película" afirmó Allen.
"Nunca volveré a escribir sin dirigir"
El enfado de Allen con las decisiones de los productores cinematográficos ya era muy potente, pero un año después, el cineasta se embarcaría en el proyecto que terminaría por colmar su paciencia, Lily la tigresa. Woddy Allen convirtió el guion de una película japonesa de espías llamada Kagi no Kagi en una versión cómica variando sus diálogos y algunos aspectos de la trama.
El guion final de Allen representaba una obra que no alcanzaba ni siquiera la hora de duración, pero el cineasta no encontraba ya ninguna forma de sacarle jugo humorístico a la película original japonesa. Los productores, al ver que su película se quedaba muy por debajo del estándar de duración de los largometrajes hollywoodienses, decidieron añadir, sin permiso ninguno de Allen, un batiburrillo más de imágenes y números musicales que empastaban de forma un tanto extraña con la trama.
Esta decisión volvió a enfadar de forma morrocotuda al cineasta estadounidense, que tras dos grandes decepciones como lo eran What's New Pussycat y Lily la tigresa, decidió hacer una promesa: "nunca volveré a escribir sin dirigir".
