Nico, de la dificultad de suplir a un Balón de Oro a convertirse en el metrónomo de un City que amenaza al Real Madrid (y a Xabi Alonso)

Cuando Nico González llegó a Mánchester tenía una papeleta muy complicada. Aterrizó, hace un año, en un equipo que parecía en descomposición, con viejas glorias del club —como Kevin De Bruyne o Gündogan— dejando muestras de agotamiento, de que su ciclo había terminado y no podían ser los ejes vertebradores de ese Manchester City, que se deshacía como un azucarillo en la Premier League y en Champions.

A eso hay que añadir que el ritmo de la Premier League le pasó por encima. Lo reconoció él mismo tras las primeras semanas. Además, había un tema posicional. Nico siempre ha bailado entre ser un seis —un mediocentro puro— o un ocho —un centrocampista con capacidad para soltarse y llegar—. Guardiola le necesitaba haciendo de Rodri, lesionado de larga duración, y Nico venía de ser todo lo contrario en Portugal. Lejos de jugar como pivote, su rol en el FC Porto era el de soltarse y ser un llegador en un centro del campo en el que el argentino Alan Varela sujetaba.

Por si todo esto fuera poco, venía a suplir a un Balón de Oro. Todo el mundo le iba a comparar con la mejor versión del mejor centrocampista del mundo. Por todo esto, los primeros meses de Nico en Mánchester fueron duros. Él sabía que era un proceso. El tiempo ha pasado y le ha dado la razón. El Manchester City ha mejorado sus prestaciones y eso le ha beneficiado, pero indudablemente él también ha crecido mucho y eso lo ha notado de manera positiva su equipo.

Nico juega más rápido y a pocos toques, dándole mucha fluidez a su equipo. Nico gana más duelos, tiene mayor rigor posicional y tiene olfato para robar en campo rival. Y eso le ha sentado de maravilla al equipo de Pep Guardiola. Ahora parece imposible que vaya al próximo Mundial. Rodri y Zubimendi están en la pole position. Incluso Aleix García está por delante. Pero si hay un partido para ponerse en el escaparate, ese es un Real Madrid-Manchester City de Champions League, que es lo que tenemos este miércoles.

El análisis, en Play Fútbol

Para analizar su paso adelante charlamos con Jordi Roura, que fue responsable de La Masía, y que trabajó durante muchos años con Nico González antes de su salida del FC Barcelona. Pese a su paso por el primer equipo, antes fue scout y coordinador de la cantera azulgrana. De ahí su conocimiento sobre el tipo de jugador que es Nico González.

"No me sorprende el rendimiento que está dando este año. Entiendo que cuando llegas a un equipo del nivel del Manchester City, necesitas un periodo de adaptación. Ya no a la idea de Pep, que la conoce bastante, pero sí al club, a la ciudad... Sobre todo en un equipo de este nivel. Este año está dando la verdadera medida de sus posibilidades. Si sigue con minutos, puede tener un rendimiento extraordinario", comienza Roura.

Nico llegó muy joven al Barça. La etapa cadete la completó entera en el club azulgrana. De ahí que sea un futbolista que tiene perfectamente asimilado el ADN Barça. Guardiola ya destacó a su llegada que en los entrenamientos podía ver La Masía a la hora de perfilarse, de colocarse, de asociarse... Eso sí, con Nico siempre existió ese debate posicional. Cuando pisa el área es capaz de hacer daño al rival, pero tiene unas condiciones muy marcadas para ser un mediocentro puro.

"En fútbol formativo intentamos no encasillarle en ninguna posición. Él jugó muchas veces de interior y también de pivote. Alternó ambas posiciones bastante porque tiene llegada y tiene gol, pero a la vez es capaz de mantener la posición y jugar a pocos toques, lo que le da mucha variedad en su fútbol. Además, tiene un físico privilegiado. Es alto, fuerte. Creo que esto Pep lo valora, porque le ofrece mucha versatilidad", añade. Esto le hace compatible incluso para jugar al lado del futbolista al que vino a suplir.

"De entrada, la idea de Pep siempre ha sido tener un pivote, pero es cierto que últimamente ha optado por juntar a dos y en ese sentido, si lo ve conveniente, me parece una pareja de pivotes realmente maravillosa. Me parecen dos de los mejores que puede haber en este momento. Yo veo claro que pueden jugar juntos, más con la posibilidad de que Nico tenga esa llegada al área", explica.

El canterano culé no terminó de encajar en el primer equipo del FC Barcelona y terminó haciendo las maletas. Primero en forma de cesión al Valencia CF. Después, traspasado al FC Porto. "Si hubiese aparecido en estos dos últimos años, habría tenido más opciones de quedarse en el Barça y sin duda salir le ha ayudado a crecer muchísimo. Ves otro tipo de fútbol y eso te hace crecer. Creo que en Mánchester se ha vuelto a reencontrar con la idea que ha tenido en su etapa formativa y eso le va a beneficiar muchísimo", reitera.

"¿Si se tuvo paciencia con él en el Barça? No sé, es que depende de muchas cosas. Él tampoco es ahora el jugador que era antes. Tuvo que salir, lo ha hecho y creo que ha sido fantástico para él. Ahora está en un gran momento y con muchas opciones de seguir creciendo. ¿Volver al Barça? Ya veremos. Ahora mismo está en un gran equipo", asevera Roura, que no le cierra las puertas de la Selección pese a la competencia feroz que hay en esa posición.

"España está jugando a un nivel superlativo. Tiene un bloque estable y compacto. Dicho esto, poco a poco han ido entrando jugadores. En el fútbol... en pocos días las situaciones cambian. Hay lesiones, estados de forma. Si Nico sigue con esta progresión, por qué no. A lo mejor se dan las circunstancias. Por nivel, a pesar de lo que tiene España, podría estar", sentencia.