Mantener orquídeas: la clave está en el lugar y el abonado

Muchas veces hemos comentado que lo que necesitan las orquídeas es encontrar el sitio correcto. Bueno, esto ya saben los oyentes que no es solo aplicable a las orquídeas, sino a todas las plantas. Las nuestras están en un alféizar interior, justo al pie de las ventanas, en orientación norte. Esto les facilita tener un acceso a la luz constante, una luz que es suave pero que les viene genial. Hay que decir que estamos en una octava planta, por lo que no tenemos edificios enfrente que sombreen, así que la intensidad lumínica es buena.

No siempre se han de colocar en esta orientación norte, sobre todo cuando en casa no tengamos esa posibilidad. Yo, por ejemplo, en mi casa tengo las orquídeas a un metro y medio de un ventanal con orientación este, y en invierno el sol les da durante varias horas. Pero se trata de un sol suave de invierno, no el fuerte de verano, por lo que les viene genial, y las orquídeas se ponen como motos. Así que cada persona ha de analizar bien su situación en casa, para elegir correctamente el sitio donde poner sus orquídeas.

Señales sobre el estado de las orquídeas

La pista de si están o no a gusto nos la van a dar varios factores. El primero, si la orquídea produce nuevas hojas y tallos, estos últimos, en el caso de que tenga tallo. Si vemos que la planta saca nuevas hojas de cuando en cuando, esa es una señal de dos cosas: la primera, que tiene suficiente luz -y, por lo tanto, de energía para producir nuevos tejidos. La segunda señal positiva es que la orquídea tiene una nutrición adecuada, y puede seguir creciendo.

Si en casa notamos que la orquídea no está bien, a pesar de contar con mucha luz, probamos a abonarla y a regular el riego de forma correcta. Quizás la estemos regando poco, o quizás en exceso.

En nuestro caso, aquí en la radio, la sorpresa me la llevé el martes pasado, porque revisando las cuatro orquídeas que tenemos, vi que hacemos un pleno con todas en lo que a floración se refiere: las cuatro van a florecer, y una incluso ya ha florecido.

Orquídea mariposa

Nuestra falaenopsis u orquídea mariposa (Phalaenopsis cv.), lleva dos meses en los que ha ido desarrollando una nueva hoja, está renovando los tejidos de la orquídea, ya que llevaba mucho tiempo sin formar una hoja nueva. Muchas veces, estas orquídeas primero producen una nueva hoja u hojas, para después formar una vara floral por debajo de esa hoja nueva. Y ese ha sido nuestro caso también, ya que ha activado una yema floral, que está conformando una varita incipiente, que ahora solo tiene un par de centímetros de largo, pero que comprobaremos lo rápido que crece.

Dendrobio

El dendrobio (Dendrobium nobile cv.) es una orquídea asiática, de la zona de India y aledaños, como ya comentamos en su día. En este caso, es una orquídea con largos tallos, del tamaño de un par de latas de refresco de alto o incluso más. Un botánico los llamaría pseudobulbos, aunque no tengan forma de bulbo, y es porque son tallos que también tienen una función de reserva de agua y de nutrientes.

Muchos de estos pseudobulbos o falsos bulbos pierden las hojas por completo, pero nosotros los dejamos para que la planta tenga ese banco de energía adicional. Pues bien, entre medias de estos tallos, el dendrobio ha generado varias yemas florales, que en un mes y algo ya nos estarán regalando el color blanco y rosado tan atractivo que tienen sus flores. Este año no va a florecer como el año pasado, cuando se llenó con tantas flores que casi no se veían los tallos.

Si revisamos la posible causa, iríamos descartando los factores que han permanecido igual: la orientación ha sido la misma, porque el sitio no ha cambiado; la cantidad de agua que ha recibido ha sido buena, porque no notamos que la planta haya sufrido ni la falta ni el exceso de riego. Así que es muy probable que esta orquídea no haya recibido su correspondiente dosis de abonado, para favorecer la emisión de más yemas de flor.

Desde comienzos del verano no he abonado las orquídeas, y a esta le hubiera venido muy bien un abonado más, al menos, al comienzo de septiembre. Ahora le vendría genial, porque así conseguiríamos subirle un poco el tono general. No vamos a conseguir que el dendrobio saque más flores que las que está empezando a formar, pero sí que vamos a darle un poco más de fuerza a esta floración y a su banco de reserva, por lo que el abonado va a contribuir a que la planta esté más sana.

Ludisia

También llamada orquídea joya (Ludisia discolor). La traje a finales de enero de este mismo año, era un esqueje que corté de otra ludisia que tengo en casa. Ha encontrado su sitio junto a la ventana, y tan solo diez meses después de llegar ha crecido bien y está montando en flor, con sus tres tallos coronados por la vara floral que dentro de un mes y algo abrirá sus pequeñas flores blancas y amarillas.

Me hace mucha ilusión que florezca, porque tiene un perfume muy delicado que describiremos a los oyentes en cuanto se produzca. ¡No hay tantas orquídeas cuyas flores huelan tan bien! He de decir que la planta madre de mi casa también está floreciendo, así que madre e hija están perfectamente sincronizadas.

Zapatito de Venus

El nombre científico de su género es el de Paphiopedilum. La nuestra ha florecido esta última semana. La compré en marzo o abril en un vivero, y la compré sin flor. Esta es la típica planta que en los viveros mucha gente no compraría si no tiene flor, porque la vería anodina. Esto es debido a que sus hojas verdes son muy sencillas, alargadas y que no destacan por tener una forma llamativa. Pero cuando produce su flor, nos regala un espectáculo. La nuestra es un híbrido que mezcla los colores verdosos, rosados, blanquecinos y amarronados, y crean una flor grande, del tamaño de una pelota de ping-pong. No está perfumada, pero sus colores y su forma son rarísimos, con uno de sus pétalos que se ha transformado en una especie de zapatilla, de ahí su nombre popular.

Hay que decir que este zapatito de Venus o pafiopedilo no produce varas florales como la orquídea mariposa, sino que muchas de ellas solo abren una flor solitaria en un tallito alargado, que emerge entre medias de sus hojas.

En varias zonas costeras de Cataluña esta orquídea es muy popular, y, a propósito de esto, trascribo lo que me contó de ella Rubén Velázquez, del vivero Flora del Trópico, en una entrevista que le hice hace unos meses: "En Barcelona se la conoce como sabateta d'Arenys [zapatito de Arenys], y tiene una historia muy curiosa: un fraile capuchino la llevó al convento de Arenys de Mar, y se adaptó tan bien a las condiciones del exterior que poco a poco fue llenando todos los rincones del pueblo, gracias a que los vecinos dividían las plantas".

Ahora nosotros también tenemos nuestro particular zapatito de Venus.

El abonado

Como siempre, aplicamos un abono específico para orquídeas. A mí me gusta utilizar tanto alguno sólido como uno líquido. Aquí en la radio aplico solo uno líquido, por si en algún momento la orquídea sufre falta de agua, porque el abono líquido te da más margen en este aspecto, es más seguro si se nutre con él.

Podríamos decir que ahora sería un buen momento para abonar todas nuestras orquídeas, porque vemos que están muy activas, en plena floración, así que las abonaremos sin demorarnos en el tiempo. Dentro de 15 días, repetiré el abonado, tal y como me recomienda el fabricante, o me puedo esperar y abonar una vez al mes, para no tener a las plantas tan a tope. A mí me gusta siempre no llevar a la planta al nivel máximo de abonado que recomienda un fabricante, sino mantener tanto la dosis como la frecuencia por debajo de lo recomendado. Mi razón personal es para que la planta no esté tan bien acostumbrado a un nivel máximo de fertilización, sino que tire de sus propios recursos y se endurezca.