Manuel Jabois: "En estos casos lo normal es absolver, pero aquí no ha habido nada normal"

Madrid

Hay un hecho muy simple: cuando no hay pruebas y sí indicios, todo termina basándose en creer o no creer. En los juicios, en nuestra vida, en nuestros pleitos personales, en todo: cuántas veces a lo largo del día tenemos que creer a uno u a otro. Hay algo más, también sencillo: si tenemos que creer o no creer, tendemos a no creer a quien no está en nuestra frecuencia.

Generalmente, si todo termina dependiendo de algo tan humano y falible como eso en un juicio tan delicado, o en un juicio, lo normal es absolver. Pero no hay que olvidar que aquí no ha habido nada normal, incluyendo la difusión de esa nota de prensa, ojo, que más allá de que sea delito o no, normal no es. Dicho esto, el juicio, no digamos la sentencia, es una enorme victoria de las noticias falsas.

Consideres culpable o no al Fiscal General del Estado, nadie puede negar que estamos aquí por la difusión del bulo de Miguel Ángel Rodríguez sobre la supuesta oferta de la fiscalía a González Amador. Y en este escenario empezó el festival: en una trola y la reacción a una trola. Esto no justifica la comisión de un delito y enseña mucho sobre comunicación política, sobre una narrativa que ya desacomplejadamente se funda en la mentira y consigue objetivos a través de ella.