Probamos el Vivo X300 Pro: el móvil que soñaba con ser una cámara convencional... y lo logró

Madrid

Los teléfonos móviles dejaron hace ya muchos años de ser esos cachivaches que servían simplemente para llamar y mandar SMS. A día de hoy apenas llamamos por teléfono y la gran mayoría de mensajes se envían por plataformas de mensajería como WhatsApp o por redes sociales como Instagram o TikTok. Así, la industria ha tenido que reinventarse por completo y adaptar estos dispositivos para reconvertirlos en auténticos centros de ocio enfocados por y para estas nuevas plataformas. De ahí que el apartado fotográfico haya ganado cada vez más peso y que llegue incluso a ser uno de los factores decisivos a la hora de decantarse por un modelo u otro.

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Y las tecnológicas son cada vez más conscientes de ello. A lo largo de este 2025 que está cada vez más cerca de terminar, hemos asistido a alianzas históricas entre estos fabricantes y compañías fotográficas históricas como Zeiss, Ricoh GR o Hasselblad. Pero no solo eso. También hemos sido testigos de los primeros kits fotográficos del mercado para que puedas sacar fotografías hasta hace muy poco imposibles desde un teléfono móvil. Uno de ellos es el que nos ofrece Vivo con su X300 Pro, sin duda alguna uno de los móviles del año tanto por sus características principales como por ese kit fotográfico sobre el que te hablamos a continuación:

Diseño continuista y adaptado al kit fotográfico

El diseño del X300 Pro es prácticamente idéntico al del X200 Pro que pudimos probar el año pasado, aunque el fabricante ha incluido alguna que otra mejora para que sea todavía más refinado respecto a su antecesor. Una vez más, la compañía ha apostado por un módulo de cámaras circular sobre el que reposan las tres lentes del teléfono. Nos parece un poco grande, más incluso que el de su antecesor, pero entendemos que es el precio a pagar para que podamos montar posteriormente el kit fotográfico sobre el que hablaremos más adelante.

¿Compromete esto a las dimensiones del móvil? Para nada. Mientras que el Vivo X200 Pro tenía unas dimensiones de 162,4 x 76 x 8,5 mm, el Vivo X300 Pro es ligeramente más corto, fino y estrecho (161.2 x 75,5 x 8 mm) que su antecesor. El módulo sobresale algo más, eso sí, pero no es algo que vayas a notar en tu experiencia de uso. Respecto al tema del peso, el Vivo X300 Pro es tan pesado como su antecesor (226 gramos), pero también como el resto de teléfonos móviles de la gama premium. Por lo tanto, todo es acostumbrarse. El problema es que el peso no está muy bien repartido por culpa de este módulo de cámaras tan grande situado en el tercio superior del teléfono móvil, lo que sin duda alguna influye en nuestra experiencia. Más aún durante los primeros días de prueba, pues notarás cierta fatiga si haces uso prolongado del teléfono móvil.

Por último, nos parece un gran acierto que la compañía haya dado el salto del brillo al mate en lo que a acabados se refiere. Sobre todo si eres de esos tiquismiquis que odian que se marquen las huellas de tus dedos por la trasera del móvil, porque con esta configuración ya no volverás a tener problemas. Por lo tanto, estamos hablando de dos cambios, a priori menores, pero que hacen de este Vivo X300 Pro un teléfono móvil más sofisticado en comparación con el modelo del año pasado.

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Una pantalla para todos los públicos

Si le damos la vuelta al teléfono móvil nos encontramos un panel Amoled de 6,78 pulgadas que se caracteriza por una curvatura 'Micro-Quad'. ¿Micro-Qué? Durante estos últimos años se ha debatido mucho acerca de los tipos de pantalla y cuál de todos ellos es el mejor el campo de los teléfonos móviles. Mientras que algunos apuestan por la plana, otros prefieren las curvas por la ergonomía. Y Vivo ha querido poner fin a todos estos debates con un nuevo tipo de pantalla que a simple vista puede parecer plana, pero que tiene una ligera curvatura en los cuatro bordes. De esta manera, nos ofrece las bondades de dos mundos destinados a entenderse.

Tras encender por primera vez el dispositivo que nos han prestado, nos encontramos con una pantalla brillante con hasta 4.500 nits de brillo pico. Aunque siempre tenemos que coger estas cifras con pinzas, ya que solo alcanzamos este brillo en situaciones muy puntuales, lo cierto es que la pantalla del Vivo X300 Pro se ve fenomenal incluso en los escenarios más soleados.

Pero lo más importante de este móvil, en lo que a la pantalla se refiere, tiene que ver con la fidelidad de los colores. Si partimos de la base de que este es un móvil enfocado al campo de la fotografía, es importante que la calibración sea exquisita. El modo 'Vívido' que trae por defecto el teléfono móvil nos parece que satura demasiado los colores. De ahí que te recomendemos activar el modo Color Natural Zeiss, creado en colaboración con el icónico fabricante de lentes que forma parte del desarrollo del X300 Pro. Principalmente porque la fidelidad de los colores es perfecta, por lo que podrás sacar cuantas fotografías quieras sin miedo a llevarte cualquier sorpresa en la postproducción de las imágenes.

Un procesador que puede con todo

En el corazón del Vivo X300 Pro nos encontramos un Dimensity 9500. Si eres de los que solo confían en los Snapdragon tope de gama, este procesador te demostrará que hay vida más allá de Qualcomm porque es una bestia parda en todos los sentidos. Y a esto hay que sumarle que el teléfono móvil incorpora una memoria RAM de 16 GB, por lo que podrá procesar prácticamente lo que te pase por la cabeza. Desde los videojuegos más exigentes del mercado, como un Genshin Impact o un Call of Duty de turno, hasta contenido en streaming o multitarea.

En condiciones normales, la experiencia con el teléfono móvil es muy fluida tanto moviéndonos por los distintos menús como a la hora de abrir y cerrar aplicaciones. Durante las pruebas realizadas durante estas últimas semanas no se ha trabado en ningún momento y la experiencia muy agradable. Pero también cuando le hemos metido más presión. Y ya no es solo que sea capaz de correr algunos de los juegos más exigentes del mercado, sino que también es capaz de mantener a raya la temperatura incluso en sesiones largas, solucionando así un problema de su antecesor.

¿Y qué hay sobre la autonomía? Aquí sucede algo bastante curioso. Mientras que la versión internacional del móvil tiene una batería de 6.510 miliamperios, la que llega a España se queda en 5.440 miliamperios. Por lo tanto, tendremos que conformarnos con una batería un poco capada. Pero esto no quiere decir que sea mala ni mucho menos. Durante las pruebas realizadas, comenzamos los días con un 100% de batería y llegamos al final del día con un 35/40% dependiendo del uso que hagamos del teléfono móvil. Además, el teléfono incluye un cargador FlashCharge de 90 vatios para que puedas cargar el dispositivo al 100% nuevamente en apenas 40 minutos.

Repite estrategia a nivel fotográfico...

Pasamos al apartado fotográfico, donde Vivo ha apostado por un sistema de cámaras similar al de su antecesor, pero que ha sido optimizado gracias al chip V4 para mejorar la calidad de la imagen y el procesamiento de los colores para que sean prácticamente un calco de los que vemos con nuestros propios ojos. Hablamos de una lente principal de 50 megapíxeles, un gran angular de otros 50 megapíxeles y un teleobjetivo de 200 megapíxeles que, un año más, se convierte en la joya de la corona. Las tres funcionan bien en líneas generales, pero, si tuviéramos que destacar una de ellas, nos quedaríamos sin duda alguna con el teleobjetivo.

Básicamente porque nos da mucho juego tanto a la hora de fotografiar objetos lejanos, ya que podremos realizar zoom de hasta 10 aumentos sin que la imagen pierda calidad, pero también enfocar hasta el más mínimo detalle con su modo macro. Y ojo con el Modo Retrato, pues es capaz de crear un desenfoque que parece de cámara analógica. El recorte del pelo es simplemente fantástico.

Después nos quedaríamos con la lente principal. A pesar de que no llega a la pulgada de tamaño, se comporta bien en todo tipo de escenarios gracias al anteriormente citado chip V4. Sí que es verdad que le cuesta algo más cuando nos metemos en entornos más oscuros, pero el chip permite procesar la imagen de una forma notable y que resuelva bastante bien la situación. Como suele ser habitual, el gran angular es el que está un paso por detrás de sus hermanos mayores. Pese a que estamos hablando de un sensor bastante competente, pierde especialmente en entornos más oscuros, incluso con la ayuda del nuevo chip.

... pero ofrece un kit fotográfico para los más pros

Sin embargo, la compañía cuenta con un kit fotográfico (que se vende por separado) que mejora la experiencia con creces. Un pack que consta de una funda con correa, de una empuñadura que se acopla al teléfono móvil y de un teleobjetivo que emula al de las cámaras convencionales. Tras instalarlo todo debidamente, nuestro teléfono móvil ha dejado de ser un smartphone para convertirse en una cámara de las de toda la vida.

Lo que más nos ha gustado ha sido, sin duda alguna, la empuñadura. Y no solo por su disparador físico de dos recorridos o por su rueda para modificar el zoom a tu gusto, con los que podremos revivir la experiencia de sacar fotografías como antaño, sino porque cuenta con su propia batería interna, con la que podrás disfrutar de hasta un 25% más de autonomía. Si has organizado una quedada para sacar fotos o vídeos, sin duda alguna te será de gran ayuda para darle a tu teléfono móvil algo más de vida. Y no solo eso, sino que te ofrecerá una mayor estabilidad para grabar y crear así planos mucho más profesionales.

Por otro lado, el teleobjetivo se encarga de aumentar el zoom de forma óptica antes de que la imagen llegue al sensor. Estamos hablando de un factor de multiplicación de entre un 2.0x o 2.35x, lo que te permitirá filmar en calidades óptimas objetos que no podrías grabar con el teléfono base Y lo mejor de todo es que no perderás ni un píxel por recorte digital, por lo que podrás recortar la imagen cuantas veces quieras que podrás seguir disfrutando de una calidad de imagen de primer nivel. Funciona genial con el sensor principal, pero lo recomendamos, sobre todo, para el modo retrato para un resultado espectacular.

Conclusiones: una joya para los amantes de la fotografía

Si el Vivo X200 Pro ya era una gran opción para los amantes de la fotografía, el X300 Pro lo es todavía más. Y no, no solo por el hecho de haber incluido ese chip V4 que mejora tanto la calidad de la imagen como el procesamiento de los colores, sino por ese kit fotográfico tan especial. En una era en la que los teléfonos móviles tienden a ser todos iguales, Vivo ha creado un juguete de lo más especial para los amantes de la fotografía. Porque el Vivo X300 Pro tiene lo mejor de los dos mundos.

Por un lado el de los teléfonos móviles, pues es un dispositivo con cualidades para plantarle cara a cualquier smartphone del mercado, y por el otro el de las cámaras convencionales. Eso sí. Como suele ser habitual, la innovación se paga. Y si quieres el kit, todavía más. El teléfono móvil base, sin kit fotográfico, cuesta 1.259 euros. Pero si queremos ir más allá y hacernos con el pack completo, entonces tendremos que pagar la friolera de 1.599 euros.

De ahí que corra el riesgo de convertirse en teléfono de nicho para fotógrafos que no quieran llevarse la cámara a todos los lados. Bajo nuestro punto de vista es un teléfono sobresaliente por sus características, pero consideramos que tendrían que bajar de precio para poder plantar cara a otras opciones que podemos encontrar en el mercado.