La escena más sensual de 'Memorias de África' fue en realidad la más peligrosa para Meryl Streep: "Pasé bastante miedo"

Cuando se cumplen 40 años del estreno de Memorias de África (1985), dirigida por Sydney Pollack y protagonizada por Meryl Streep y Robert Redford, el recuerdo de su historia de amor sigue intacto. La película, basada en las memorias de la escritora danesa Karen Blixen, se convirtió en un clásico gracias a su tono poético, la majestuosidad de los paisajes africanos y la química entre sus protagonistas. Entre sus imágenes más icónicas hay una que permanece en la memoria colectiva: el momento en que Redford lava el pelo a Streep junto a un río.

La secuencia, cargada de complicidad y un sutil erotismo, muestra al cazador Dennis Finch Hatton masajeando el cabello enjabonado de Karen Blixen y vertiendo con delicadeza una jofaina de agua para aclararlo. El rostro de la actriz, iluminado por el placer del instante, transmite la sensación de estar en el paraíso. Mientras Redford recita un verso del poema de Samuel Taylor Coleridge: "Reza bien, quien bien ama al hombre, a la bestia y al pájaro", ese mismo verso figura como epitafio en la tumba del verdadero Finch Hatton, un detalle que añade aún más simbolismo a la escena.

Sin embargo, lo que parece un remanso de paz en pantalla fue, en realidad, un momento de auténtico peligro para Meryl Streep. Así lo confesó la actriz en declaraciones recogidas por el programa Sucedió una noche de la Cadena SER: "Estábamos rodando la escena del lavado de cabeza y había unos hipopótamos muy cerca. Parece ser que si te acercas al agua donde están, o si tienen crías, atacan. Me habían dicho que los hipopótamos matan a más personas que cualquier otro animal, así que pasé mucho más miedo rodando la escena del lavado de cabeza que rodando la del león’, relató.

La escena del león a la que se refiere Streep también tuvo su dosis de tensión. En ella, Karen Blixen se enfrenta con un látigo a un león que devora el ganado. El animal estaba atado, pero la toma no funcionaba y, desesperado, Pollack ordenó soltar la cuerda sin avisar a la actriz. Cuando Streep volvió a blandir el látigo, el león avanzó hacia ella rugiendo. "La cara de pánico que se ve en la película es absolutamente real", recordó la actriz. "Fue un truco sucio, pero ahora me alegro porque puedo decirles a mis hijos: yo hice eso".

Hoy, cuatro décadas después, Memorias de África sigue siendo una de las películas más representativas de los años 80. Ganó siete premios Óscar, incluida la estatuilla a mejor película, y se convirtió en un símbolo del cine romántico y épico.