La falta de pantallas de seguridad en el Louvre impidió ver en directo el robo, según la investigación administrativa

París

El museo del Louvre subestimó el riesgo de robo al no atajar sus agujeros de seguridad. Es la conclusión de la investigación administrativa que se lanzó tras el robo de joyas de la galería Apolo el pasado 19 de octubre con un botín estimado en 88 millones de euros, y que pone el foco además en la obsolescencia del equipamiento del museo.

Uno de los principales problemas se sitúa en el centro de control de seguridad, que se considera demasiado anticuado y carece de una pantalla para ver simultáneamente todas las imágenes de las zonas sensibles del edificio. Así pues, aunque una cámara exterior del edificio pudo filmar cómo se desplegaba el montacargas con el que los ladrones pudieron llegar a la ventana por la que irrumpieron en el museo, las imágenes no se visualizaron inmediatamente. Hasta cuatro minutos después no aparecieron en los televisores de la sala de control de seguridad, impidiendo la rápida actuación de los agentes que, además, no están formados para enfrentarse a robos violentos.

"Las imágenes de la cámara se transmiten al puesto de control central y al puesto de control de zona, pero no se ven en directo. Un agente del puesto de control activó un zoom de la cámara a las 9:38, pero entonces ya era demasiado tarde porque los ladrones habían abandonado la Galería de Apolo", ha explicado ante el Senado el jefe de la Inspección General de Asuntos Culturales, Noël Corbin.

Además, el investigador añade que el problema de la escasez de pantallas para cubrir todas las cámaras no es nuevo y ya se le había señalado al museo solo dos meses antes del robo, en una auditoría de agosto de 2025 del Servicio Operacional y de Prevención Situacional (SOSP) adscrito a la Prefectura de Policía. En ese informe se requería la "centralización del conjunto de los equipos" para hacer frente a una crisis mayor.

Los autores del informe recomiendan recurrir a los ingresos del museo para atajar esos problemas de seguridad. Actualmente, el 20% de la taquilla se destina a la adquisición de nuevas obras, por lo que el informe recomienda que el 5% se invierta en mejoras de seguridad. También proponen otra serie de recomendaciones que el Louvre ya ha empezado a poner en práctica, como las patrullas policiales o la instalación de 100 cámaras alrededor del museo.

Degradación del museo y falta de personal

Antes de desvelarse estas conclusiones, la ministra de Cultura, Rachida Dati, había tomado nota de la "subestimación de los riesgos" que se había llevado a cabo durante las dos últimas décadas y anunció algunas medidas de emergencia, como la instalación de dispositivos “anti-intrusión” en el edificio y sus alrededores, pero la falta de nuevas contrataciones ha enfadado a los sindicatos de trabajadores.

Por eso la presentación de este informe llega en un momento crítico para el museo, con sus trabajadores convocados a la huelga el próximo 15 de diciembre por las "condiciones degradadas" del museo. Los sindicatos se quejan de la falta de inversión en las mejoras urgentes que necesita el edificio en favor de otros gastos anexos. Denuncian un deterioro de sus condiciones de trabajo y “medios insuficientes”. Hay fallos técnicos y falta personal, y sus alertas internas no han sido escuchadas, por lo que exigen negociar directamente con el ministerio de Cultura.

Un mes más tarde del robo, el Louvre tuvo que cerrar una galería por problemas estructurales del edificio y la gota que ha colmado el vaso ha sido la inundación por una fuga de agua en la biblioteca de Antigüedades Egipcias que dañó cientos de obras hace dos semanas.

Mientras tanto, la investigación judicial sobre el robo sigue en marcha, con un centenar de agentes trabajando para dar con las joyas, que siguen en paradero desconocido. En cuanto a los autores del robo, los cuatro miembros del comando que participaron directamente han sido detenidos y se encuentran en prisión preventiva. Al mismo tiempo, seguirán las investigaciones administrativas. La presidenta y directora del Louvre, Laurence des Cars, volverá a comparecer ante los senadores el 17 de diciembre y, un día antes, lo hará también por primera vez su predecesor, Jean-Luc Martinez.