Manuel Jabois homenajea a Robe: "Una voz propia poderosa"
El escritor y periodista reflexiona sobre la muerte de Robe y la influencia de Extremoduro en la cultura popular de España

La Contra | Manuel Jabois homenajea a Robe: "Una voz propia poderosa"
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Madrid
En el año 1988 cuatro españoles recibieron una carta: la Reina Sofía, el presidente Felipe González, el alcalde madrileño Juan Barranco y el ministro de Defensa, Narcís Serra, porque en aquellos días se supo que había pagado un piano para el ministerio con dinero público.
En esa carta se pedía con mucha educación 1.000 pesetas para pagarle una maqueta a un grupo de música. A cambio se entregaba un boleto que hacía de resguardo: "Disco de Extremoduro. Vale por un ejemplar. Recibí". De todos ellos solo contestó la Reina Sofía. "La Casa Real", decía la nota sellada por Zarzuela, "no es un hospicio para músicos".
El que estaba detrás de la nota era un tío que en aquel disco firmaba cuatro himnos de siete: Decidí, La hoguera, Extremaydura y Jesucristo García. Con las dos últimas la banda debutó en TVE, pero el segundo tema fue censurado: Salo, el bajista ataviado con tricornio, terminaba disparándole en la nuca al cantante, que con melena y barbas iba vestido de túnica blanca y collar de perro haciendo las veces de corona de espinas. "La Guardia Civil asesinando a Jesucristo, ahí es nada", escribió Javier Menéndez-Flores, que publicó un libro llamado De Profundis, la historia autorizada (Grijalbo), autopsia de Extremoduro, una banda ni viva ni muerta, insólita en su permanente resurrección y pendiente entonces de la fragilidad poética del genio de la lámpara: Robe Iniesta.
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Los españoles ilustres se quedaron sin la la irrupción de algo nuevo y verdadero, sucio y bellamente extraño, autentificado desde el inicio como si la denominación de origen fuese un ejercicio natural de su creador, un movimiento de ópera dirigido a arruinar imperios, empezando por el suyo.
Todo lo que canta Extremoduro es producto de una creencia arraigada no sólo en lo que ha pasado sino en lo que va a pasar. Para eso hay que tener una voz propia poderosa. Si no es la biografía de Extremoduro es la de otro, pero el dardo siempre cae en la diana.
("Como quieres que escriba una canción / si a tu lado no hay reivindicación") dice en La ley innata. "Yo en tu casa, nosotros en la hoguera", canta en un verso que lo arrasa todo hace más de treinta años. Es una discografía exagerada en el tiempo con la que subir a trenes que no se sabe a dónde van, confiar los secretos más íntimos a desconocidos casuales y olvidar, siempre, todo lo dicho y hecho a los tres días, que es el plazo administrativo que da el Estado para resucitar. Menuda vida se perdió Sofía de Borbón por no gastar 40 duros.

Manuel Jabois
Es de Sanxenxo (Pontevedra) y aprendió el oficio de escribir en el periodismo local gracias a Diario...




