Niño Becerra observa lo que ha pasado en Francia con una empresa emblema y sentencia: "En España no puede ocurrir"
El economista analiza el rescate de Duralex y asegura que en España no hay empresas con ese nivel de simbolismo ni un patriotismo económico comparable
Niño Becerra observa lo que ha pasado en Francia con una empresa emblema y sentencia: en España no puede ocurrir
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El rescate de Duralex, la histórica marca francesa de vajillas, ha abierto un debate sobre el papel del patriotismo económico. En La Ventana de la SER, Santiago Niño Becerra ha analizado el caso y ha lanzado una reflexión contundente: "en España, algo así sería prácticamente imposible".
Una empresa convertida en símbolo
"Duralex es una empresa emblemática, un auténtico símbolo", explicó el economista, recordando el impacto que tuvo la llegada de sus productos en los hogares franceses. "En Francia hay compañías que representan mucho más que su actividad económica, como Citroën o Renault, y Duralex forma parte de esa lista".
La compañía, fundada en 1945, se convirtió en un icono de la vida cotidiana en Francia. Sus vasos y platos templados marcaron una época y, para muchas generaciones, siguen siendo sinónimo de calidad y tradición.
Patriotismo y rescate
Niño Becerra subrayó que el patriotismo francés ha sido determinante: "Cuando Duralex puso encima de la mesa sus problemas, la reacción fue inmediata. El ciudadano medio pensó que un símbolo nacional podía desaparecer". Esa movilización social, sumada al apoyo del Gobierno, permitió salvar la marca.
El economista insistió en que este tipo de respuesta está muy ligada a la identidad nacional: "En Francia existe una conciencia colectiva que asocia ciertas empresas con el país. Cuando una de ellas está en riesgo, se activa un mecanismo de protección que aquí no tenemos".
¿Podría pasar algo parecido en España?
La respuesta del economista fue clara: "Bajo mi punto de vista, no. Aquí no existe una empresa con ese nivel de simbolismo y, si se intentara, la recaudación sería muchísimo menor".
Para Niño Becerra, en España no hay compañías con un peso simbólico comparable, ni un sentimiento patriótico que impulse un rescate similar. "Aquí la reacción sería más individual que colectiva. No hay esa idea de que salvar una empresa es salvar parte de la identidad nacional", concluyó.
