Un cirujano desmonta el gran mito de 'Anatomía de Grey': "La realidad es mucho menos romántica"

Las series médicas han convertido el quirófano en un escenario lleno de emociones, luces y romances. Pero la realidad es muy distinta. Lo explica el doctor Julio Mayol: "La cirugía siempre tiene una parte de imagen muy potente, sobre todo por ese juego de luces y de tensión tecnológica que hace muy atractivo lo que vemos en pantalla". Sin embargo, aclara que la práctica real es muy diferente: "En realidad esto es mucho más organizado, menos romántico de lo que se ve en las series tipo Anatomía de Grey".

El cirujano reconoce que entiende por qué las series exageran: "Cuando se entiende el concepto de espectáculo, uno entiende que tienen que maximizar". Y añade un matiz importante: "Las series norteamericanas, especialmente Urgencias, estaban muy bien hechas y argumentadas". Aun así, insiste en que el objetivo no es la precisión médica: "Lo que cuentan tiene que ver con estimular pasiones y emociones, no con mantener la seguridad del paciente".

Mientras la ficción muestra quirófanos frenéticos y llenos de historias personales, la realidad es mucho más técnica y controlada. Mayol lo resume así: "Aquí puede haber nueve o diez personas trabajando, pero todo está muy controlado". Y describe el ambiente con detalle: "Hay fases más rutinarias donde se pueden hacer comentarios y otras de máxima concentración. Incluso se escucha música en momentos tranquilos, pero cuando llega la tensión, silencio absoluto".

La tecnología también ha cambiado la imagen del quirófano. El Hospital Clínico cuenta con el robot Da Vinci, que permite operar con una precisión milimétrica: "El cirujano ya no está pegado al paciente, maneja la intervención desde una consola con pedales y joysticks". Eso sí, advierte que no todo son ventajas: "El sistema corrige el temblor, pero se pierde el sentido del tacto, así que hemos aprendido a compensarlo con la visión".

En definitiva, la realidad del quirófano es menos dramática y mucho más técnica que lo que vemos en pantalla. Y aunque Anatomía de Grey sigue siendo la ficción médica más duradera del siglo, detrás de sus historias hay más guion que bisturí.