El discípulo de Fernando Alonso asume el reto de la F2: "Es una persona que admiro una barbaridad. Es un sueño hecho realidad"

Madrid

Mari Boya ha cerrado 2025 en estado de gracia. Ha terminado tercero del campeonato de FIA F3, puntuando en las últimas cuatro carreras, sumando otro podio y convirtiéndose en el piloto que más puntos acumuló en el tramo final. Un sprint final que le abrió además las puertas para convertirse en el primer piloto de la academia de Aston Martin. Como broche, en el Gran Premio de Macao firmó un brillante segundo puesto tras clasificar sexto.

El punto de inflexión llegó en Mónaco, donde rompió una racha inicial sin puntos en las tres primeras carreras. Allí logró su primer podio del año: "La verdad es que es muy especial. Me encantan los circuitos urbanos porque te llevan a estar en el límite pero siempre con control, porque no te permiten fallar. El inicio de temporada no fue el que esperábamos, pero desde Mónaco he sido el que más ha puntuado".

A partir de ese momento encadenó otro par de podios y una victoria inolvidable en Silverstone, en una carrera caótica, empapada y casi de resistencia pura. Mientras sus rivales fallaban, él mantuvo la calma y se coló de lleno entre los aspirantes.

"Me he adaptado rápido al coche"

Su progresión venía de atrás. En 2024, con Campos, ya había logrado su primera victoria en Barcelona y mostrado una madurez creciente. En 2023 debutó en la FIA F3, consiguió un podio y sorprendió con un cuarto puesto en Macao, tras dos temporadas complicadas en la Fórmula Regional Europea y un estreno espectacular en Fórmula 4 en 2020, donde fue subcampeón con tres victorias y catorce podios. Todo ello después de iniciarse en el karting, donde con solo nueve años ya levantaba un campeonato de España.

Ahora, en Abu Dhabi, comienza a preparar su salto grande: en 2026 pilotará en Fórmula 2 con Prema, una de las estructuras más laureadas de la categoría. En una entrevista en SER Deportivos con Pacojó ha analizado su temporada y cuáles sus ambiciones para el futuro: "Aquí estoy en Abu Dhabi con muchas ganas de lo que depara el futuro. He tenido una sensación muy buena, me he adaptado rápido al coche. Estoy contento y motivado de seguir aprendiendo".

Boya reconoce que lo suyo no era un destino evidente: "En mi familia nadie había competido en nada. En casa siempre hemos sido muy fanáticos de Xabi Alonso viendo carreras suyas. En vacaciones siempre intentaba ir a un karting de alquiler. Se me daba bien y lo disfrutaba un montón… Al final es conocer a la persona adecuada en el momento adecuado".

"Fernando Alonso me abrió las puertas"

También admite que en 2025 sintió un alivio necesario: "Este año surgió todo. No sabía cuál era el plan que tenían ellos. Lo único que he hecho ha sido centrarme en mí. Me he sacado una presión de encima. He escuchado cosas que me motivan un montón. Estoy muy agradecido a todas las personas que me rodean".

Y destaca, emocionado, una presencia clave: "Desde el GP de México, Fernando prácticamente me abrió las puertas del equipo. Me puso una silla a su lado. A veces me daba cosa preguntar cosas, pero él se acercaba a mí para informarme y enseñarme. Es una persona que admiro una barbaridad y estoy aquí gracias a él. Es un sueño hecho realidad".

Su filosofía sigue siendo simple y directa: "Siempre digo que hago lo que más me gusta, que es pilotar. Cuando disfruto encima del coche, las cosas me van bien. Si el año que viene disfruto de la temporada, será una señal buenísima".

Con esa mezcla de humildad, ambición y madurez afronta Boya su salto a la F2, consciente de que lo más importante -y quizá lo más rápido- aún está por venir.