La película que transformó el maquillaje en el cine y forzó a la Academia a crear su propio Óscar
La Academia de Hollywood decidió crear una nueva categoría a Mejor Maquillaje y Peluquería, un premio que hasta entonces no existía

La película que transformó el maquillaje en el cine y forzó a la Academia a crear su propio Óscar
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En 1981, John Landis estrenaba Un hombre lobo americano en Londres, una película que no solo redefinió el género de terror, sino que cambió para siempre la historia del maquillaje en el cine. El responsable de aquella revolución fue Rick Baker, un joven maquillador que ideó un sistema tan innovador como inquietante para dar vida a la metamorfosis más famosa del séptimo arte.
Landis quería que la transformación del protagonista en hombre lobo fuese dolorosa, grotesca, que se sintiera el crujir de los huesos y el estiramiento de la piel. Baker respondió con un complejo entramado de vejigas inflables y piezas transformables que simulaban el alargamiento del cráneo y la deformación del cuerpo con una verosimilitud nunca vista. "Me pasé meses trabajando en esto y se rodó en diez segundos", recordaba el propio Baker, entre la frustración y el orgullo.
El resultado fue tan impactante que la Academia de Hollywood decidió crear una nueva categoría a Mejor Maquillaje y Peluquería, un premio que hasta entonces no existía. La primera estatuilla, cómo no, se la llevó Rick Baker, inaugurando una era en la que el maquillaje dejó de ser un mero complemento para convertirse en un arte capaz de contar historias.
Baker acuñó el término "efectos especiales de maquillaje", porque lo suyo no era solo aplicar látex, era ingeniería, animatrónica y creatividad desbordante. Su colaboración con Landis continuaría en otro proyecto icónico como el videoclip de Thriller de Michael Jackson, donde los zombis y criaturas fantásticas confirmaron su estatus de leyenda.
A lo largo de su carrera, Baker no solo fue maquillador; también ejerció como productor, asesor técnico e incluso actor en pequeños papeles, aunque sus mejores interpretaciones siempre estuvieron ocultas bajo capas de látex. Con siete Óscar y once nominaciones, su legado sigue vivo en cada criatura que nos hizo creer que lo imposible podía existir.

‘Memorias de África’, ‘El signo del Zorro’ y Rick Baker
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