Un experto en oratoria comparte los secretos para hablar en público
Alejandro Molina Rodríguez, artesano de la palabra, explica las claves para ganar seguridad y soltura ante cualquier audiencia
Una persona habla en público encima de un escenario, en una foto de archivo. / Ryan McVay
Para Molina, hablar en público no consiste en repetir palabras, sino entrenar la voz, que encuentra su fuerza cuanto más se práctica la oratoria. Alejandro Molina Rodríguez, experto en comunicación, oratoria y debate, dirige el club de debate de la Universidad Pontificia Comillas —campeona de la Liga Española de Debate Universitario (LEDU) 2025, el torneo más prestigioso de nuestro país—.
En los últimos años, formó a Alberto García Chaparro, campeón mundial de oratoria en 2024, junto a Rodrigo Sánchez-Bleda, subcampeón en 2025. Como un artesano de la palabra, los acompañó en ese viaje, atento al gesto, al pulso, al temblor previo a cada discurso, cultivando voces que hoy iluminan la oratoria mundial. Consciente de la vorágine de pensamientos, miedos y nervios que nos invade al abrir la boca, afirma con certeza: “Los nervios siempre están. La única forma de controlarlos es el trabajo constante”.
Cuando se trata de controlar la vorágine, apuesta por preparación personal y la claridad del objetivo: “Haz lo que resulte cómodo (…) algo que prepare tu cabeza para salir adelante”. Entonces, cuando somos capaces de romper el hielo—lo más difícil, señala, es ese primer paso— la voz encuentra salida, la mente se centra y los nervios aflojan su nudo. Colocar las manos en un marco natural —entre la cintura y los hombros—, y mantener un mensaje claro permiten que el cuerpo acompañe sin interferir en el discurso. Finalmente, insiste en la importancia de practicar y mantener claro el objetivo del mensaje: “Cuando el objetivo está definido —lo que tienes que decir— tu cabeza se aferra a esa brújula y se olvida de procesar cómo mover las manos o dónde poner los pies”.
El arte de hablar en público es un terreno sinuoso y lleno de matices: cada técnica encuentra su fruto en alguien distinto. En la actualidad, existen nuevas vías, como la herramienta de realidad virtual desarrollada por Cambridge, que promete reducir el miedo escénico en apenas 30 minutos. Sumergidos en auditorios virtuales, la confianza crece, la ansiedad se atenúa, y la voz encuentra su camino. Para Molina: “Hablar en público es una habilidad, no un conocimiento. Entonces, cuanto más lo practiques, mejor lo vas a hacer”. Al final, la oratoria se aprende palabra a palabra, error a error, hasta que la voz se hace propia y encuentra su vuelo con seguridad y libertad.
