Sánchez impone calma a la inquietud de los socios que le piden que reaccione ante las denuncias de acoso y los casos de corrupción

Madrid

Moncloa trata de imponer calma y templanza ante la acumulación de frentes que se le abren al Gobierno y al PSOE. Sánchez ha dado la orden de continuar con normalidad y no atender los avisos de los socios, que este viernes han llegado a pedir una remodelación del Gobierno.

Sánchez pide también tranquilidad ante las alarmas internas que se han encendido dentro de su partido, donde la preocupación en algunos territorios es máxima. Hay miembros de la ejecutiva y diputados que creen que solo con la estrategia de resistir hasta que la tormenta escampe no basta.

Todo con un calendario electoral que puede mermar aún más el ánimo. El revolcón en Extremadura se da por hecho pero una derrota de Alegría en Aragón o de Montero en Andalucía será leída como un derrota del propio presidente que fue quien apostó por hacer a las ministras candidatas. Ese horizonte hace que voces alineadas hasta ahora con el optimismo de Moncloa empiecen a expresar sus dudas sobre si se puede o no agotar la legislatura como pretende Pedro Sánchez.

Los casos de presunto acoso sexual, en el centro de la polémica

A los escándalos de corrupción que impiden al Gobierno retomar la iniciativa se une el goteo de casos de presunto acoso sexual, que para algunas fuentes socialistas es el tema más corrosivo y que más daño hace al partido.

A la polémica que comenzó con el caso de Paco Salazar se han sumado en los últimos días las denuncias de distintas mujeres a figuras socialistas en regiones como Valencia, Córdoba o Torremolinos.

Unas denuncias por presunto acoso sexual que llevaron este viernes a las responsables de Igualdad a reunirse en Ferraz, desde donde la secretaria de Igualdad, Pilar Bernabé, aprovechó para mostrar una imagen de unidad en el PSOE que, de momento, trata de paliar las consecuencias que pueden llegar a tener los últimos frentes abiertos.