Los protocolos de acoso sexual en la política: de la ausencia del PP a los planes de PSOE, Sumar y Vox

Madrid

Los casos de presunto acoso sexual por parte de figuras vinculadas al PSOE han golpeado duramente al partido en los últimos días, obligando a las responsables de Igualdad a reunirse de urgencia el viernes y a los presuntos implicados a dimitir de sus cargos, como ha sido el caso reciente del exalcalde de Almussafes, en Valencia, Toni González.

Un asunto que ha puesto el foco en las conductas de figuras en puestos de poder en la política, pero también en los protocolos con los que los partidos buscan hacer frente a dichos comportamientos.

Si nos fijamos en el Partido Popular, la formación liderada por Alberto Núñez Feijóo no cuenta actualmente con un protocolo específico para casos de acoso sexual o violencia machista, pero sí un código ético en el que establecer que el acoso sexual está prohibido y que el partido no tolera dichos comportamientos.

El resto de partidos también tienen códigos éticos pero, además, lo compaginan con otro documento: un protocolo específico para casos de acoso sexual porque la ley obliga a eso, tanto la ley del solo sí es sí como la ley de paridad.

Los más ambiciosos

En cuanto a los proyectos más ambiciosos se sitúa, precisamente, el del PSOE, modificado este pasado mes de mayo, y el de Sumar, que el partido creó en enero tras el caso Errejón.

Ambos tratan el asunto desde una perspectiva feminista, estableciendo qué comportamientos se consideran acoso, así como el proceso que debe seguir el partido si se da un caso.

En el caso de Vox, la formación cuenta con un protocolo para el acoso laboral y sexual, que consideran un acoso laboral más. El suyo solo se aplica al espacio de trabajo y no a conductas que puedan haber fuera.

Además, todos los partidos tienen un canal específico en el que afiliados, trabajadores y voluntarios pueden hacer llegar denuncias. Es aquí, de hecho, donde el PSOE ha ido recibiendo los últimos casos de presunto acoso.