"No es un negocio, es una solución de seguridad": dos ex guardias civiles que cambiaron las normas viales
La baliza V16 creada por los gallegos Jorge Torre y Jorge Costa, pasó de ser una idea nacida en la carretera a convertirse en una obligación en toda España

Madrid
Desde el 1 de enero es obligatorio en toda España llevar una baliza V16 en el coche, una solución de señalización que nació hace más de dos décadas en la mente de Jorge Torre, entonces guardia civil, tras presenciar numerosos atropellos nocturnos, muchos de ellos mortales.
Torre dejó el cuerpo para impulsar un proyecto en el que creía desde 1999, mientras que Jorge Costa, también exguardia civil, abandonó su carrera para emprender otros negocios que no prosperaron. Cuando ambos estaban a punto de tirar la toalla, decidieron unir fuerzas para desarrollar una alternativa más segura que pudiera sustituir a los triángulos y evitar riesgos en carretera.
Más información
El respaldo llegó primero desde la sociedad civil. Las asociaciones de víctimas de tráfico fueron las primeras en confiar en la baliza V16, en comprarla y en recomendarla a la Dirección General de Tráfico. El reconocimiento llegó con un premio de seguridad vial y, poco después, con el contacto directo directo de la DGT en 2017.
"Nunca pensamos que esto tendría esta dimensión", recuerdan tras aquel primer encuentro con el subdirector, que quiso conocer a "los gallegos de los que todo el mundo hablaba". A partir de ese momento se creó un vínculo que marcaría el camino hasta la implantación definitiva de la baliza como elemento obligatorio.
Los creadores insisten en que no existe ninguna patente ni beneficio exclusivo: existen unas 250 balizas homologadas en el mercado y ellos son solo una más, aunque con una cuota relevante. Cada fabricante protege ciertas partes industriales de sus balizas, cómo la forma, el color, entre otros. En su caso, incorporaron una funcionalidad específica que evita el deslumbramiento al encenderla pese a su alta potencia luminosa, registrada dentro de la certificación oficial para prevenir daños oculares.
La normativa contempla multas de 80 euros por no llevarla, la misma que por no llevar triángulos, y no utilizarla cuando sea necesario puede suponer hasta 200 euros. Sin embargo, destacan que durante los primeros días la policía tendrá en cuenta que algunos conductores aún no dispongan de la baliza.
"Estamos seguros de que nuestros compañeros serán flexibles, porque la comunicación al mercado ha llegado tarde". Orgullosos de haber sido pioneros, Torre y Costa consideran que esta innovación "es una misión cumplida" y confían en que España no sea el único país en adoptar una solución similar en el futuro.




