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Jodie Foster: "Con los 50 lo pasé fatal, a los 60 dejé los dramas y ahora es mi momento más feliz"

La actriz da un salto en su carrera protagonizando una película en francés, 'Vida privada', de Rebecca Zlotowski, donde interpreta a una psicoanalista que investiga el suicidio de una paciente

Cadena SER

París

Repasar la carrera de Jodie Foster es repasar el Hollywood reciente. Actriz desde niña, ha trabajado con uno de los emblemas del nuevo Hollywood, Martin Scorsese, con quien hizo uno de sus primeros papeles en una obra maestra como Taxi Driver. Desde los años sesenta lleva trabajando como actriz en papeles como el de El silencio de los corderos, Acusados, La habitación del pánico o Un dios salvaje. Con 63 años, ha dado un paso curioso en su carrera, rodar en francés un papel protagonista en una película distinta a todo lo que ha hecho hasta ahora, Vida privada, de la directora francesa Rebecca Zlotowski. “Creo que estoy haciendo el mejor trabajo de mi vida y estoy siendo más feliz que nunca trabajando. No era tan feliz de joven, siempre pensaba que no era lo suficientemente buena, tenía mucha ansiedad y ahora ya no la tengo”, nos cuenta la actriz en una entrevista en París, ciudad donde rodó este filme, que tuvo su estreno en Cannes, y donde ha vuelto para el estreno.

Pletórica, tranquila, relajada, Foster que ha sido pionera en muchas cosas, dice que la edad le ha dado lo mejor de su carrera y también le ha enseñado a ser feliz. “Los 50 fueron muy difíciles. Tenía una sensación de no saber qué hacer”, reconoce la actriz y directora. “Ya no puedes hacer las cosas de antes, no puedes escalar esa montaña tan bien como lo hacías o no puedes salir en la portada de las revistas, ni hacer todo a la misma velocidad que lo hacías. Sientes que estás perdiendo, que intentas mantenerte al día con algo que no es real. Pero cuando cumplí 60 años sentí que hubo un cambio. De repente, todo eso ya no me importaba. Te das cuenta que te queda poco tiempo por delante y lo único que me importa desde entonces es asegurarme de que estaba siendo lo más feliz posible y de que ya no me interesaba los dramas”.

Su personaje en Vida privada es el de Leslie Steineer, una psicoanalista que se entera de la muerte por suicido de una paciente, Virginie Efira, y decide investigar lo ocurrido, pues piensa que ha podido ser asesinada por su marido. “Es un personaje inseguro, vulnerable aunque no lo parezca. Está frustrada y es neurótica”, define la actriz a una mujer con una relación fría con su hijo y que siente una tensión sexual no resuelta con su ex, Daniel Auteuil, quien le ayuda en su loca investigación, más bien por ayudarla que porque crea que tiene razón.

Ese viaje por el psicoanálisis, la terapia, la burguesía francesa y la familia resulta esencial para el viaje de esta mujer que creía tener su vida controlada y empieza a darse cuenta de muchas cosas que no tenía resueltas. El duelo, la culpa, la identidad o las relaciones son los temas que aborda una película que se mueve entre muchos géneros, el thriller, la comedia, el drama y que está plagada de referencias cinéfilas, a Hitchcock, Woody Allen, Louis Malle. “Rebecca es una cineasta muy singular y trabajamos muy bien, tenía muchas ganas de ayudarla a ejecutar la película que quería hacer. Y eso significaba hacer las cosas de forma un poco diferente, porque se hacen las cosas diferentes en el cine francés y en el cine americano”, apunta la actriz que borda el idioma. Solo hay una frase en inglés, ‘fucking French’, en referencia a la cantidad de vacaciones que tienen en el país vecino, algo que relanza su investigación detectivesca sobre el misterioso asesinato de su paciente.

Jodie Foster ya hablaba francés antes de aceptar este trabajo, de hecho ya tuvo un pequeño papel en un filme de Jean Pierre Jeunet, Largo domingo de noviazgo. Lo estudió gracias a su madre, a quien dice que dedica esta película. “Le encantaba Francia, le gustaba todo lo europeo, todo lo francés incluso sin haber viajado a Francia. Un día consiguió hacer un viaje en autobús por el país y cuando volvió nos dijo que nos íbamos a mudar a Francia, y que me iba a convertir en una actriz francesa. De alguna manera, se ha cumplido, ella pasó una parte de su vida aquí y disfrutó de la cultura francesa”. Además, Foster se ha convertido en una actriz francesa. “No sé si puedo considerarme una actriz francesa. Espero que algún día pueda serlo. He descubierto que hay una parte de mí, y creo que esto proviene de mi educación en francés, que no se parece a nada de lo que soy en inglés”.

Con la directora ha hecho un tándem estupendo desde el primer momento. "Ha sido más fácil de lo esperado. Es como cuando te gusta tanto una persona y, de alguna manera, eso consigue atraerla. Así pasó", nos contaba Zlotowski. "Hay algo que ahora mismo nos está beneficiando a las cineastas europeas, y es el desastre que vive Estados Unidos. No puedo hablar por los americanos, y tampoco yo, como francesa, puedo dar lecciones a nadie, pero muchos estadounidenses quieren marcharse, trabajar fuera de Estados Unidos, y eso pasa en el mundo del cine. Por eso digo que esta situación nos ha beneficiado", reconocía la directora de películas como Gran central.

Juntas recorrieron algunos gabinetes de profesionales franceses. “Llegué al set unas tres semanas antes de empezar a rodar, porque quería sumergirme en el idioma, no quería hablar inglés. En ese tiempo, hice vida normal, paseaba, iba al gimnasio… pero también fuimos a visitar a un grupo de psiquiatras y de psicoanalistas, que son dos cosas distintas. Tengo que decir que salí fascinada, pero también me di cuenta de que no quiero hacer nunca psicoanálisis”, bromea la actriz que en sus últimos trabajos ha elegido a directoras, como Elizabeth Chia en Nyad, y a Issa López en True Detective.

“Ha sido muy bonito ver la llegada de las mujeres, que han traído una comunidad más diversa, más real. También ha sido bueno para los hombres, que han podido darse cuenta de que estar en un set también puede ser como estar en la vida real. Pero eso no ha ocurrido hasta hace muy poco, ha sido en los últimos 20 años”, cuenta sobre el cambio que ha experimentado el mundo del cine en cuestión de género. Quizá por eso ha conectado con Zlotowski y con este papel, donde una mujer de sesenta tiene todo un recorrido vital dentro de la trama. "Creo que es la parte más política de la película, que una mujer pase por una crisis, la acepte, pero no sea una gran tragedia, que tenga que ver con la histeria, las drogas, que abandone a sus hijos, simplemente una crisis vital", explicaba la directora del filme.

Tras 60 años de carrera Jodie Foster celebra estos cambios a los que ella también ha contribuido como directora de cuatro películas. ¿Puede volver atrás Hollywood en esta atmósfera conservadora de la era Trump? “No sé, espero que no. Espero que las películas sigan siendo un lugar al que la gente pueda recurrir para obtener la verdad y hacerse preguntas, analizar cuestiones sociopolíticas y creer en el humanismo”.

Pepa Blanes

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...

 

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