François Ozon y el reto de adaptar a Albert Camus: "Es fascinante encarnar lo ambiguo y misterioso en el cine"
El director francés actualiza 'El extranjero' en una película en blanco y negro que protagoniza Benjamin Voisin y que incluye las voces árabes de este relato colonial escrito en los años 30

François Ozon, durante el pasado Festival de San Sebastián (Photo by JB Lacroix/WireImage) / JB Lacroix

El director francés François Ozon se ha atrevido a hacer lo que muchos otros cineastas han evitado: adaptar para la gran pantalla uno de los clásicos más leídos de la literatura francesa, El extranjero de Albert Camus. Un libro filosófico cuyo tono desesperanzador es difícil de plasmar en imágenes. Lo intentó Luchino Visconti y el gran cineasta italiano no acertó con su propuesta en 1967. "Hay que reconocer que a Visconti no le gustó el resultado tampoco, le impusieron a Marcello Mastroiani, que es un gran actor, pero no parece un asesino. No es Meurseult y para nosotros, los franceses, es impactante ver a un italiano feliz, sonriendo, interpretando a este personaje, porque la idea que tenemos es completamente diferente", nos cuenta Ozon en el Festival de San Sebastián.

Fotograma de El Extranjero de Visconti

Fotograma de El Extranjero de Visconti
Su película compitió en Venecia y después pasó por el certamen donostiarra. De hecho, la principal diferencia entre ambas tiene que ver con el blanco y negro. “Para mí era bastante obvio rodar en blanco y negro, para mostrar el sol, pero para tener algo muy abstracto, muy puro y que los colores no distrajeran”. Con ese tono nos sumerge en la historia de un hombre corriente movido por la inercia y la desazón, un hombre sin apetito, sin emoción. Para eso tenía que dar con el actor adecuado, para evitar errores. "Sé que Visconti quería a Alain Delon, ese Alain Delon de El samurái, de A Pleno sol. Hubiera sido interesante porque era un actor que había interpretado muchas veces a personajes muy poco comprensivos, pero siendo siempre carismático. Es misterioso y eso se corresponde con el carácter de Meursault. De hecho, yo le dije a Benjamin: Tú vas a ser mi Alain Delon".
Benjamin Voisin es el protagonista. Un hombre que comienza el relato contándonos que ha muerto su madre y mostrando cero sentimientos ante la noticia. De ahí irá a enterrarla a la residencia de ancianos donde vivía. Inmediatamente después volverá al trabajo, como si nada hubiera pasado, irá al cine, a la piscina. "Creo que he descubierto algunas cosas sobre Meursault, hay una frase de Camus que es muy hermosa en el prefacio de la edición estadounidense del libro, que dice: 'Meursault es el único Cristo que merecemos'. Es una frase muy compleja, muy ambigua porque Camus era ateo, pero, sin embargo, defiende al personaje, porque siempre dice la verdad. Y decir siempre la verdad es muy peligroso. Juegas con fuego. Es un personaje opaco pero muy ambiguo, con muchos matices, y es fascinante hacerlo existir, encarnarlo en el cine".

Fotograma de El Extranjero de Ozon

Fotograma de El Extranjero de Ozon
También por ejemplo ha aumentado la importancia de Marie, interpretada por Rebecca Marder, para que sus ganas de vivir y su luz contrastaran con la apatía de Meursault. La actriz y el actor se acercaron a este libro recordando las lecturas en el instituto. Un libro que, por su tono, conecta con los adolescentes, como decía Ozon. "Leemos en las noticias historias de Estados Unidos donde adolescentes que van bien en la escuela, que tienen una vida familiar y, de repente, matan a tres personas. Meursault es un poco así, es alguien que parece completamente normal, que parece integrado en la sociedad y, de repente, para mata a alguien de forma libre, absurda y se da cuenta de que su vida está cambiando. Eso es algo que resuena con la adolescencia, cuando descubres que el mundo es absurdo, que los padres a los que admiras no son necesariamente héroes, que ya nada tiene sentido y puedes tener un comportamiento casi suicida o un comportamiento transgresor y creo que por eso este libro ha conectado tanto con los adolescentes".
La película comienza con imágenes de archivo de Argel: imágenes de la adinerada élite francesa blanca en Argelia contrastadas con las de los argelinos, que insinúan las tensiones que bullían justo bajo la superficie del dominio colonial. Un aspecto que no está tan presente en el libro, pero que en el filme cobra mucho protagonismo. "El reto ha sido en darle una visión moderna a este libro. No era posible adaptarlo tal como estaba escrito en 1939. Había que mirar esta historia con los ojos de hoy, así que había que contextualizarla. Cuando Camus escribió el libro, Argelia era francesa, vivíamos en plena era de la colonización. Y hoy, ya no existe, después la Guerra de Argelia. Así que era necesario, para el espectador de hoy y para mí también entender lo que pasó históricamente, por qué se escribió este libro en ese momento. Por eso, que traté de contar esta historia con todo el conocimiento histórico que hemos tenido durante 80 años.
Hay además otro cambio significativo en esta idea de denunciar lo colonial y es que los personajes árabes tienen nombre y trama. "Era imprescindible dar un nombre a los árabes y dar voz al pueblo árabe, más aún hoy, cuando se ve lo que está ocurriendo en Gaza, donde hay una invisibilidad de las víctimas a las que tratamos como una masa, como una cifra". También desarrolló el personaje de la hermana del árabe al que mata Merseault, que en el libro apenas se esbozada. "Teníamos que escuchar la voz de esta mujer y representar con precisión la voz de los árabes y de lo que sucederá después con la independencia y la guerra de Argelia". Fue investigando sobre este periodo histórico cuando Ozon descubrió que todavía hoy en la sociedad francesas son muy fuertes los tabúes y el silencio en torno a a la Guerra de Argelia y sus secuelas. "Las relaciones entre Francia y Argelia siguen siendo muy complicadas hoy en día, ya que ha habido problemas diplomáticos entre los dos países durante mucho tiempo y las cosas no se han curado entre los dos países", nos cuenta.
Incluso él, en su propia familia, descubrió que existía ese silencio. "Tuve un abuelo que era juez en Argelia y escapó de un ataque allí, por lo que parte de mi familia regresó a Francia y eso es algo de lo que no hablamos y, de hecho, muchas familias francesas tienen un vínculo con Argelia, pero sigue siendo un tema un poco tabú. Por eso, este libro es importante desde un punto de vista filosófico, pero también es importante desde un punto de vista histórico para los franceses y también para los argelinos".

Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...




