Las lavanderas de Soria: la historia de una de las primeras organizaciones de mujeres obreras que nació en torno al Duero
Hace más de un siglo, en 1900, nació la Asociación de Lavanderas, que mantuvo durante seis décadas

Las lavanderas de Soria: la historia de lucha que nació junto al río Duero
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Cuánta historia y reivindicación puede contener una escena tan cotidiana del pasado, que hemos visto hasta la saciedad en películas, documentales, series. Nos detenemos en el momento en el que las lavanderas se unían en torno a los ríos o lavaderos para lavar la ropa. Y nos vamos para ello a Soria.
Las mujeres se juntaban, compartían sus alegrías, sus tristezas, pero además, de una forma orgánica dio lugar, allí en Soria, a una de las primeras organizaciones de mujeres obreras de las que hay registros en España, como ha podido investigar la periodista Nuria Peña, directora del documental 'Lavanderas de Soria', en el que cuenta su historia.
La Sociedad de Lavanderas nació hace más de un siglo, pero su historia se había perdido entre los archivos históricos. "Empecé a investigar en el Archivo Histórico Provincial y en el municipal y de repente me encuentro unos legajos, unos papeles maravillosos, unos documentos que acreditan que en 1900, 81 mujeres hicieron la primera Sociedad de Lavanderas, la primera asociación sindical, sin saber que eran sindicalistas, porque reivindicaban un lugar digno de trabajo: un lavadero", explica Nuria Peña.
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Seis años después de su creación, la Sociedad de Lavanderas da un paso más hacia su consolidación y crea unos estatutos. "¿Y sabes qué había en esos estatutos? Una caja de dinero donde ellas aportaban su real y si una caía enferma, le apoyaban pagando para que esa mujer pudiese tener dinero y comida, más que nada para sus hijos".
Y es que estas mujeres se enfrentaban a enfermedades concretas asociadas a su trabajo: tendinitis, por el movimiento constante de los dedos; artritis, por el contacto con el agua fría; incluso hasta hace pocas décadas se seguía hablando de la enfermedad de las lavanderas.
"Claro, al retorcer los tejidos y frotar, se rompían los tendones. Imagínate las asociadas a las que se contagiaban, la tuberculosis, porque lavaban la ropa de los enfermos. Se contagiaban de las enfermedades de los demás, se contagiaban entre ellas mismas, y les decían que eran ellas las propagadoras, y para eso generaron una caja de resistencia", señala Peña.
A pesar de su solidaridad y esfuerzo, poniendo el peligro incluso su salud, fue una profesión muy castigada y tuvieron que enfrentarse también a la censura de quienes temían que se organizasen. "Lucharon por tener un lavadero durante 30 años, lo consiguieron, pero les duró poco, seis años, porque estaba sin apresar el río Duero y una tormenta que subió el río de repente se cargó las pilas de las lavanderas. Que tengan la capacidad para unirse -que no te voy a decir que le hemos perdido, pero sí se nos ha olvidado- en una sociedad, estamos hablando de hace casi 150 años, que tenía tantos miedos al cambio que podía producirse con la unión de mujeres".
Su coraje no se limitó únicamente a sus necesidades como lavanderas. Tuvieron un papel clave en los motines del pan que tuvieron lugar a principios del siglo XX contra los grandes vendedores del grano. "¿Que hicieron estas mujeres? Se metieron en el tren de mercancías, tiraron todo el grano, y dijeron: primero comer nuestros hijos y después vosotros. Doce de ellas fueron a la cárcel".
En definitiva, aunque su historia se perdió entre papeles, fueron todo un símbolo de la lucha y de la organización femenina. Y todo a partir de ese momento tan sencillo como es el de unirse para lavar la ropa. "Las mujeres solo podían tener esos momentos de reunión, momentos de llorar, de reír, y de sobre todo encontrar soluciones para un futuro mejor, era en el lavadero o en la Iglesia. Pues estas mujeres eran más de lavadero y de trabajar".




