Soledad Gallego-Díaz reflexiona sobre el estado político actual de la Italia de Meloni: "Parece haberse asentado"

Madrid

Un político italiano dijo hace años que en la política española «manca finezza», es decir, falta finura, elegancia y, a la vista de como se desarrolla el debate político en los dos países, se podría decir que tenía razón.

En España, el debate político es casi brutal, polarizado, sin medias tintas, todo es blanco o negro. Y, curiosamente, en Italia, donde tiene una primera ministra que llegó al poder hace dos años con credenciales extremistas, sucede casi lo contrario. Con Giorgia Meloni, la situación política italiana, hasta ese momento tan inestable, parece haberse asentado, haberse convertido en mucho menos errática.

Incluso en el escenario europeo, en los consejos de la UE, parece que el papel de Meloni ha cobrado peso y finezza. Mantiene su relación especial con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero al mismo tiempo se ha convertido en una de las interlocutoras más valoradas del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y del canciller alemán, Friedrich Merz.

Ahora, sin embargo, se enfrenta a un momento muy delicado. Un magnate de extrema derecha griego quiere comprar los dos diarios más críticos con su gobierno, La repubblica y La Stampa. ¿Se evitará esa venta en aras de la finezza o Meloni no pondrá inconvenientes?