El edificio de Madrid en el que murió la ley que quitó la libertad a las mujeres españolas durante décadas
No podían trabajar, abrir una cuenta bancaria, comprar una lavadora ni aceptar una herencia sin el permiso del marido
El edificio de Madrid en el que murió la ley que quitó la libertad a las mujeres españolas durante décadas
En la calle San Bernardo, el Ministerio de Justicia se levanta como un templo administrativo donde el tiempo parece detenido en archivadores. Durante décadas, entre sus muros se firmaron permisos, condenas, bodas, divorcios, sentencias y silencios. Pero también aquí, en marzo de 1975, se certificó la defunción de una norma que había marcado la vida de millones de mujeres: la licencia marital.
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"No fue la Revolución Francesa, pero puso su granito de arena", recuerda Cristina Almeida en el programa Historia en ruta de la Cadena SER. Hasta entonces, el Código Civil consideraba a las mujeres casadas como una "criatura legalmente incompleta". No podían trabajar, abrir una cuenta bancaria, comprar una lavadora ni aceptar una herencia sin el permiso del marido. La ley las colocaba en el mismo apartado que los menores y los locos. "Nosotras por parte de esa locura y de esa infancia", ironiza Almeida.
Con 22 años, recién casada y ejerciendo como abogada, Almeida, quiso denunciar al director de la cárcel de Jaén por impedirle visitar a unos presos políticos en huelga de hambre. "Me voy al juzgado de guardia toda seria, y cuando me preguntan por mi estado civil y digo casada, el juez me pregunta: '¿está su marido aquí?' Le digo que no, que está durmiendo en Madrid. Y me responde: pues usted no puede denunciar'". Almeida salió del juzgado con una mezcla de indignación y vergüenza: "Mi marido se había quedado con mi corazón y con mi amor, pero sobre todo con mi derecho".
Aquella ley no solo limitaba la autonomía económica y jurídica de las mujeres. Si se casaban con un extranjero, podían perder la nacionalidad española y quedar en tierra de nadie. "Era terrible", resume Almeida. La derogación de la licencia marital en 1975 fue un paso decisivo hacia la igualdad, impulsado por juristas como María Telo y Mercedes Formica, que trabajaron incansablemente para desmontar un sistema que obligaba a la mujer a obedecer y al hombre a proteger.
Con la reforma del Código Civil y el fin de la licencia marital, las mujeres empezaron a estudiar, trabajar y florecer de otra manera. Fue el principio del cambio, aunque la sombra de aquella ley recuerda que la libertad femenina en España se conquistó a golpe de lucha y no por inercia.
1975