Racismo económico
No hay circunstancias económicas que permitan que los ciudadanos tengan que ser humillados e intervenidos
Racismo económico
Madrid
Durante la Gran Recesión los países del norte de Europa, encabezados por Alemania, pusieron de moda el acrónimo de “países pigs” para referirse a los del sur. Portugueses, italianos, griegos y españoles eran parte de los “países cerdos”.
Era una forma de racismo económico. La peor parte la sufrieron los griegos, la cobaya mayor del reino.
Tres lustros y pico después, los teóricos países frugales son los que más sufren, y los “países cerdos” los que aguantan mejor.
Ahora, por ejemplo, Grecia, que fue el eslabón más débil de la cadena, ve como su representante es nombrado presidente del Eurogrupo, esa reunión de ministros de Economía y Finanzas que coordina la política económica. Ese representante fue entonces uno de los que negociaron con la troika los sacrificios de los helenos.
España, a la que tuvieron que prestar más de 40.000 millones de euros para salvar a su sistema financiero, no tendrá que ver paseando más por Madrid a los tenebrosos “hombres de negro” que la vigilaban, porque ya se han cumplido las condiciones que la impusieron. Por cierto, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, también podría haber sido aspirante al Eurogrupo.
No hay circunstancias que permitan que los ciudadanos tengan que ser humillados e intervenidos. Las situaciones cambian y los nada de hoy todo pueden ser en el futuro.
Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS'...Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en la Cadena SER, donde publica píldoras de opinión radiofónicas en 'Hora 25'.