Macaco: "La industria discográfica está peor que nunca, es un horror"

Madrid

Macaco presenta Futuro ancestral en un momento que define, sin rodeos, como crítico para la creación artística. "La industria discográfica está peor que nunca, es un horror", afirma en La Ventana, señalando un sistema que prioriza la brevedad, lo instantáneo y los parámetros marcados por las grandes corporaciones. La irrupción de la inteligencia artificial y el papel de las plataformas, con Spotify como ejemplo, han acentuado una lógica que, a su juicio, "tiene poco de democrática".

El músico distingue entre las personas y las estructuras. Reconoce haber encontrado "grandes personas" dentro de la industria, pero subraya que el funcionamiento global responde a intereses ajenos a la creación. En su caso, asegura que nunca le ha afectado de forma determinante porque ha sabido trazar su propio camino, incluso cuando eso implicaba renunciar a decisiones que le habrían llevado a llenar estadios. "Podría haber dicho que sí a según qué cosas", admite, "pero he elegido ir por otro lado".

Desde ese posicionamiento nace Futuro ancestral, un trabajo que se aleja deliberadamente de la lógica de consumo rápido. Macaco lo define como un disco "muy artesanal", en el que conviven elementos contemporáneos con una apuesta clara por la sequedad sonora, la palabra y el slam poetry. Frente a una música cada vez más plástica y sobresaturada, reivindica "el sonido hecho a mano" y la necesidad de sentir lo tangible.

La mezcla de estilos funciona aquí como gesto contemporáneo y como declaración estética. "He jugado con muchos elementos y con muchas músicas", explica, defendiendo una forma de crear que no renuncia a experimentar, pero que se apoya en lo real y en lo físico como respuesta a un presente acelerado que califica de "auténtico delirio".

La música de raíz ocupa un lugar central en el disco y en la trayectoria del artista. Macaco recuerda que se ha criado junto a músicos latinos, africanos y brasileños, vínculos longevos que han marcado su identidad sonora. Esa raíz no se concibe como un refugio nostálgico, sino como un punto de partida. "Creo que somos semillitas de donde hemos nacido repartidas por el mundo", señala, reivindicando la mezcla como forma natural de evolución.

Letras, ironía y recorrido propio

En lo lírico, Futuro ancestral incorpora un elemento nuevo en su discografía: la ironía y el humor. Una herramienta que, hasta ahora, no había utilizado de forma consciente. El artista asume la convivencia entre canciones que se convierten en hits por viralidad y otras que no encuentran ese recorrido, y reconoce que no siempre comparte las direcciones que se le sugieren desde fuera. “Intento ir, por otro lado”, insiste, defendiendo el derecho a la disidencia creativa.

Macaco se define como alguien que intenta ser positivo sin dejar de ser realista. Considera imposible pasar de puntillas por el momento social actual, marcado por la evasión y el individualismo extremo. Desde sus conciertos, habla de luchar "desde un pequeño altavoz", apoyando colectivos pequeños y reivindicando lo común frente a la espiritualidad del ego. Eso sí, muestra cierta decepción con el exceso de purismo dentro de los espacios progresistas y artísticos, una actitud que considera un error y que, a su juicio, resta fuerza a los discursos transformadores.

Más allá de la música, el artista abre nuevas vías creativas. Dani, el cantante de Macaco, debutará como director y trabaja desde hace tiempo en distintos proyectos sonoros y audiovisuales junto a una pequeña productora. Entre ellos, destaca una película en desarrollo titulada Tócame, centrada en la naturaleza y el medio ambiente. "Son viajes largos", reconoce, pero los afronta con la convicción de que el cambio constante es, en realidad, lo más estable.

Con Futuro ancestral, Macaco articula una respuesta artística a un sistema que considera agotado: volver a la raíz, bajar el ritmo y seguir mirando al futuro sin perder el sentido crítico.