Se cierra la campaña electoral extremeña: "En Extremadura preocupa más la gente que se va que la que viene"
Aimar Bretos ha dirigido una edición especial de Hora 25 desde Cáceres para analizar el cierre de la campaña electoral extremeña

Especial Hora 25 desde Cáceres | Hora 25
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Cáceres
Extremadura afronta este domingo unas elecciones autonómicas marcadas por un clima político enrarecido en la recta final de la campaña. Unos comicios que se han erigido como el inicio de todo un ciclo electoral que tendrá peso en la política nacional. En una edición especial desde Cáceres, Aimar Bretos y el equipo de Hora 25 han dedicado el programa al cierre de la campaña electoral y al análisis de cómo han actuado los diferentes candidatos a lo largo de la misma.
El gran foco se ha situado en la polémica generada por María Guardiola, candidata del Partido Popular a la reelección como presidenta de la Junta, tras vincular un robo común en una oficina de Correos con un supuesto intento de «alterar la democracia». Las conclusiones de la Guardia Civil apuntan a un robo de escasa entidad, cometido por delincuentes que buscaban dinero y sin impacto alguno en el derecho al voto: de los 124 electores afectados por el incidente, todos han podido votar ya. Aun así, Guardiola ha restado importancia a esas conclusiones y ha mantenido el discurso, lo que ha generado estupor incluso dentro de su propio espacio político.
El fantasma del pucherazo
El uso del término «pucherazo» en el tramo final de la campaña ha sido interpretado como una estrategia para movilizar a su electorado en un contexto muy favorable para el PP. Las encuestas sitúan a Guardiola cerca de la mayoría absoluta, en el umbral de los 33 escaños. Sin embargo, el coste reputacional de estas acusaciones puede empañar una victoria que muchos dan por hecha.
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La candidata popular ha reducido al mínimo su exposición pública en los últimos días: sin actos relevantes, sin debates —plantó el de TVE— y con un cierre de campaña atípico, un evento musical en el que no tomó la palabra. Desde la dirección nacional del PP se insiste en que ha sido una decisión personal de Guardiola, que ha preferido una campaña en solitario, sin el apoyo visible de Alberto Núñez Feijóo ni de barones territoriales como Isabel Díaz Ayuso o Juanma Moreno.
Una campaña de bajo perfil
Frente a esa estrategia, el PSOE ha cerrado campaña en Extremadura con Pedro Sánchez, en un intento de amortiguar una derrota que podría dejar a los socialistas en su mínimo histórico en la comunidad, con alrededor del 31% de los votos y unos 21 escaños. Su candidato, Miguel Ángel Gallardo, llega a las urnas lastrado tanto por el desgaste del partido a nivel nacional como por su propia situación judicial, un hecho poco habitual en una campaña autonómica.
Vox, por su parte, ha protagonizado una campaña totalmente personalista, centrada en Santiago Abascal y con escasa visibilidad de su candidato extremeño, hasta el punto de que incluso la Guardia Civil llegó a confundirlo con un asistente más en un acto público. A la izquierda del PSOE, Unidas por Extremadura, con Irene de Miguel al frente, intenta captar el voto de los socialistas descontentos, aunque la abstención aparece como un riesgo real.
El gran problema: el empleo
Los datos estructurales pesan sobre el futuro gobierno. Extremadura sigue teniendo el PIB per cápita más bajo de España, solo por delante de Andalucía, y una tasa de paro que supera el 15%, cinco puntos por encima de la media nacional. El desempleo, junto con las infraestructuras, es la principal preocupación de los extremeños, según el CIS.
Juan Francisco Caro, director de Opina 360, ha señalado factores persistentes: la baja densidad de población, la pérdida constante de habitantes —nueve de cada diez municipios pierden población—, el envejecimiento demográfico y unas comunicaciones deficitarias que dificultan el desarrollo económico y la atracción de inversión, pese a la posición estratégica entre Madrid y Lisboa.
"Sigue siendo el gran lastre. Extremadura ha llegado a una cifra que cuesta bajar. Hay muchos factores, pero falta una estructura industrial que tire del empleo. También una mejora de la formación", ha explicado Caro.
Según él, hay dos claves: la tasa de paro femenino , del 16,7%, y que entre los hombres roza el 11%. También el sector de los jóvenes. También ha hablado sobre el gran peso del empleo público. "El 22,4% del PIB está fundamentado en el sector público. Hay planes de empleo públicos que se mueven por las administraciones para mejorar su imagen", ha proseguido.
También ha criticado la falta infraestructuras. "Falta una mejor explotación del ferrocarril como transporte. Tenemos una vía única. Extremadura genera mucha electricidad pero hay debilidades para sacar esa energía. Tampoco hay posibilidad de enchufar nuevos puntos de generación", ha afirmado.
Por último, ha hablado sobre la pérdida de población. "Extremadura pierde población por otros factores que no son la inmigración. Hay mil personas que salieron de la región y cinco mil llegaron desde la inmigración. Hay un gran desequilibrio en la tasa de natalidad y de mortalidad", ha dicho. Por su parte, María Eugenia Rodríguez Palop ha sido tajante al respecto: "En Extremadura preocupa más la gente que se va que la que viene. No veo que en Extremadura se pueda fomentar un discurso xenófobo", ha dicho la periodista.
Sanidad y privatización
La sanidad es la tercera gran inquietud del electorado. Las listas de espera para intervenciones quirúrgicas están entre las más largas del país y el modelo de reducción se apoya cada vez más en derivaciones a la privada.
Médicos como Luis Palomo, con más de cuatro décadas de experiencia en atención primaria, alertan de un avance ideológico de la privatización. "Lo que más me preocupa es el índice de privatización de la sanidad pública. Sobre todo de tres años para acá se ha disparado un 32%. Se está favoreciendo la huida de profesionales para privatizar la privada", ha dicho.
También ha alertado del peso creciente de grandes grupos sanitarios y de soluciones "perversas" como las peonadas, que incentivan la cronificación de las listas de espera. "Como hay mucha lista de espera, los propios profesionales se les da un incentivo por operar o intervenir fuera de hora. Es perverso porque se reduce la actividad fuera de la jornada normal porque es más rentable fuera", ha explicado el médico.
Con este panorama, Extremadura vota el domingo entre la promesa de estabilidad del PP, el intento del PSOE de contener el desplome y una ciudadanía que, más allá de la bronca política de los últimos días, sigue reclamando respuestas a problemas que llevan décadas sin resolverse.

Álvaro García-Dotor
Periodista en Hora 25




