Xavier Vidal-Folch: "Lo agrio de la cumbre europea viene del aplazamiento del acuerdo con Mercosur"

Barcelona

La cumbre europea ha cosechado un gran éxito. El compromiso palpable, tangible, efectivo, de seguir financiando a la resistencia de Ucrania contra el invasor. ¿Cómo? Con 90.000 millones de euros contantes y sonantes. Y además, ese dinero se obtiene mediante el endeudamiento común, como se hizo contra la pandemia con los eurobonos emitidos para financiar el programa de recuperación económica Next Generation.

Así que la Unión Europea da un segundo gran paso en mancomunar esfuerzos. Y ya se sabe que compartir la deuda, equivale a compartir el patrimonio. Eso son palabras mayores que hasta ahora solo se atrevían a pronunciar las comunidades muy fuertes, como los Estados. Es pues, un gran signo de federalización. Insólito en una gran agrupación de países en las que cada vez son más fuertes los ultras que reman en contra de la soberanía compartida y a favor de un nacionalismo cerril, como los gobiernos seguidores de Trump. Estos obtienen alguna compensación: el checo, húngaro y el eslovaco no se rascarán el bolsillo. Además de que políticamente se congracian con el autócrata del Kremlin. Porque de momento no se tocan los activos rusos congelados en Europa para ayudar a los de Zelenski.

Pero la cumbre ha sido agridulce. Lo agrio viene de que se ha aplazado la firma del acuerdo con el grupo latinoamericano de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay), que lleva planeándose y negociándose durante ¡26 años! El híper-proteccionismo francés, ayudado por los intereses cortoplacistas italianos han aguado la fiesta. Vamos a ver si se logra reconducir este parón. Ojalá solo sea cosa de unas pocas semanas.