Un Libro Una Hora
Ocio y cultura

'Gran sol', la gran novela del mar y la pesca de altura

Ignacio Aldecoa recibió el Premio de la Crítica por esta obra profunda y sobrecogedora

'Gran sol', la gran novela del mar y la pesca de altura

Ignacio Aldecoa nació en Vitoria en 1925 y murió en Madrid en 1969. En la universidad trabó amistad con Sánchez Ferlosio, Martín Gaite, Fernández Santos y otros jóvenes que formaron el plantel de la narrativa de los cincuenta.

Se dedicó al cultivo del cuento, género del que fue sin duda un maestro. Su novelística, reducida a cuatro títulos, es parte de un vasto proyecto que no pudo llevar a cabo. Aunque acaban de descubrirse dos novelas inéditas suyas. Escribió 'Gran sol', 'El fulgor y la sangre', 'Con el viento solano' y 'Parte de una historia'.

'Gran sol' se publicó en 1957 y ganó el Premio de la Crítica. Es una novela extraordinaria, con un lenguaje cuidadísimo, a medio camino entre el reportaje periodístico, que cuenta como ninguna la pesca de altura. Es una novela impresionante, sobrecogedora, profunda y hermosa.

Como señala María José Furió, la novela 'Gran Sol' pertenece a una de las trilogías que Ignacio Aldecoa planeaba escribir dedicada a lo que llamó «la épica de los oficios». Una de ellas versaría sobre los oficios del mar, a la que pertenece 'Gran Sol', Premio de la Crítica de 1958. Por encima del tema que Aldecoa trate en sus cuentos o en sus novelas, destaca siempre esa potencia de estilo y del idioma, un español que es un caudal inagotable en su pluma y un punto de vista que no se extravía en sentimentalismos o en tremendismos. Aldecoa cultivó una perspectiva panorámica, sin abandonar el detalle, para transmitir un mensaje que encaja en la filosofía existencialista con su insoslayable núcleo simbólico (el viaje del pesquero en alta mar alegoriza el de la vida en los duros años de la posguerra española).

La presencia tutelar, pedagógica a menudo, que oculta o pospone la expresión de sus angustias, está encarnada por el patrón del atunero Simón Orozco en 'Gran Sol'. El narrador se sitúa con respecto a los personajes en la media distancia de un reportero que transmite los hechos, describe el carácter de los personajes y la mecánica del oficio y sus jergas con rigor de lexicógrafo. Aldecoa se enroló en un pesquero en el verano de 1955 y de ahí surge su conocimiento del funcionamiento de las artes de la pesca, los ambientes y condiciones económicas en que se desarrollan las faenas del mar. Hay en la novela un desequilibrio claro entre la descripción de las labores y el carácter de los personajes a través de sus voces y el desarrollo de una intriga que cautive el interés del lector in crescendo.

Indica Lytra Drosoula que en una conferencia que Aldecoa dio en 1961 señalaba la escasa producción de novelas de tema marítimo en España, tanto en el pasado como en el presente: «Me ha interesado señalar por vasco, como perteneciente a un pueblo que ha sido en España y en Europa adelantado del mar océano, el silencio que cubre el mar de los vascos. Silencio que lo hago extensivo al mar de España. El silencio que cubre el mar o los mil mares de los españoles». Dadas las circunstancias históricas de España, considerados sus descubrimientos y conquistas allende el mar, realmente sorprende la casi ausencia de una literatura de mar. Lo poco que ha habido de literatura de mar ha sido dedicado al mar de la aventura. Aldecoa se propuso llenar el vacío y escribió 'Gran Sol', que es la gran novela del mar de aquellos tiempos.