Luis García Montero comparte su propósito de 2026: "Prometo dejar de meterme tanto con la degradación de la prensa y las noticias falsas"

Acostumbrado a los bulos de mala intención y a las imaginaciones dañinas, estas fiestas se han acercado a mí con una noticia simpática. Se la debo al periódico La Razón y a Marta Boira, su experta en cosmética. Leo un artículo suyo en el que habla de los hombres que luchan contra el tiempo y las canas, y me pone a mí de ejemplo en el uso del tinte. Ilustran el artículo tres fotos mías, elegidas sin odio, porque me veo bien.

Tardo poco tiempo en enviar a mis hijas esta buena nueva. Pero si tú no sabes lo que es eso, dice una. Pero si no te has arreglado en tu vida, me dice la otra, recordando las bromas machadianas que me hacía su madre sobre mi torpe aliño indumentario.

Pues estáis equivocadas, yo sé lo que es un tinte, les repito, elijo bien mi peluquería, me miro en el espejo con atención y en todo caso soy un capitán torpe al pasarme revista. Eso no te lo crees ni tú, me contestan ellas. También se ríen algunos amigos a los que felicito la Navidad con las fotografías generosas y mi sonrisa de hombre presumido.

Las palabras de Marta Boira en La Razón, su mirada ingeniosa, me invitan a un ejercicio doble de conciencia. Empezaré 2026 bajo el deseo de cuidarme el físico en cuerpo y alma con la ayuda de Machado y de Rubén, que no es Rubén Darío, sino un amigo peluquero. Y prometo dejar de meterme tanto con la degradación de la prensa y las noticias falsas.

Hay mentiras piadosas que no hacen daño, sino que miran con ojos simpáticos las facturas de la realidad. En este caso, el sueño de la razón no ha producido monstruos, sino carcajadas. A todos ustedes les felicita las Navidades un nuevo estándar masculino de la cosmética.