La belleza de los días de relleno
Días como hoy, 26 de diciembre, que parecen no tener historia y que, sin embargo, nada nos impide hacer hermosos
Ignacio Peyró: "La belleza de los días de relleno"
Hay días de tránsito y de trámite, días sin ánimo de grandeza, sin otra vocación que cubrir los huecos entre un día y otro día. El martes que te frustra un puente. El viernes que podría ser un lunes porque estás de vacaciones. Esa ciudad dormitorio que es la tarde del domingo. Los cumpleaños que nos dijeron algo y ya no nos dicen nada. El raro redondeo de cada 29 de febrero.
La Navidad abunda en esas puntas y recortes. Ese ligero absurdo que es siempre la comida de Nochebuena al mediodía. Un silencio perezoso, como de recogida, propio del día 2, tras Año Nuevo. Y, más adelante, ese espumillón que alguien se olvidó retirar en un comercio cuando ya la Navidad se volvió vieja.
Sí, hay días que son como miga de pan para rellenar el año. Pero ser hijos del tiempo nos lleva a vivir entre la expectativa y la evaluación. Y el estallido de la mañana de Reyes solo se completa con la tarde del 5, que nos adiestra en la paciencia, y con la mañana del 7, que nos va enseñando desde pronto las artes de la aceptación.
Son las cuentas de la vida, con sus flecos y sus versos sueltos, sus piezas sobrantes y sus ceros a la izquierda. Días como hoy, 26 de diciembre, que parecen no tener historia y que, sin embargo, nada nos impide hacer hermosos.