La importancia de las bromas: origen histórico y beneficios de una buena carcajada

Madrid

El 28 de diciembre se celebra en España el día de los Santos Inocentes, una festividad conocida porque, en ella, hacer bromas está completamente permitido. Si bien las bromas, los engaños o los chistes parecen algo de lo más actual, este tipo de comportamientos existen desde hace cientos de años. En el siglo II a.C. ya hay constancia de que los romanos celebraban y compartían bromas durante las Saturnales. En estas festividades en honor al dios Saturno, las normas sociales se relajaban para permitir un aire más carnavalesco.

Así pues, funcionaban como una válvula de escape para aliviar a los ciudadanos de sus problemas diarios. La misma intención han tenido celebraciones datadas en la Edad Media, como es el caso de la Fiesta de los locos. En esta festividad los sacrilegios y los comportamientos impíos estaban permitidos, ya que eran una forma que tenía la Iglesia de aliviar la norma que imperaba el resto del año.

Sin embargo, más allá de un desahogo social y colectivo, tanto las bromas como la risa son un elemento que puede contribuir beneficiosamente a la salud de las personas.

"Reírse es muy bueno para la salud, no solo física, sino también mentalmente"

El psicólogo sanitario José Elías Fernández, autor de la Guía práctica de risoterapia y coordinador del grupo de trabajo de psicología del humor y optimismo del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, ha explicado en la Cadena SER los beneficios para la salud que tiene la risa.

"Hay que tener en cuenta que cuando nos reímos movemos 420 músculos del cuerpo y estamos haciendo ejercicio. Por otra parte, aunque sea una risa contagiada o una risa elaborada, el reírsenos también nos hace sentirnos mejor y percibirnos a nosotros inmediatamente mejor", ha señalado en A vivir que son dos días.

Además, Fernández ha señalado que la risa provoca que las personas tengan los sentidos más afinados, lo que lleva a que se perciba mejor el entorno y se suba la autoestima. "Reírse es muy bueno para la salud, no solo física, sino también mentalmente", ha resumido.

Evidentemente, el experto ha reconocido que existen bromas malintencionadas o de mal gusto, pero lo más importante es aprender a reírse de uno mismo. Además, el psicólogo ha indicado que es posible entrenar el buen sentido del humor, una herramienta que permite ver de forma más positiva nuestro día a día.

"Es aprender a percibir las cosas cotidianas de la vida desde ópticas más alegres y más felices. Es decir, el triunfo para ensalzarlo y beneficiarnos de él, y los fracasos para aprender de ellos", ha añadido.