Técnicos en Emergencias Sanitarias, los guardianes que velan por nuestra salud en Navidad

Madrid

Con la llegada de las fiestas navideñas las urgencias y las emergencias médicas aumentan. Algunas de las causas más frecuentes son las intoxicaciones alimentarias, el abuso de alcohol u otras sustancias tóxicas, los accidentes de tráfico o las caídas domésticas, por ejemplo. Para asistirlas, además de médicos y enfermeros, el trabajo de los Técnicos en Emergencias Sanitarias resulta una pieza fundamental, ellos son la primera línea de asistencia en la mayoría de siniestros que nos acompañan estos días. Las sirenas de sus ambulancias anuncian que una vida peligra y necesita ser atendida sin demora. Ese es el motor de su trabajo.

“Nos sentimos infravalorados, la gente no conoce bien nuestro trabajo”

Cada aviso tiene que planificarse y gestionarse con precisión y celeridad. Jornadas llenas de estrés en las que la empatía con el dolor de los enfermos es fundamental para dar el mejor servicio. Entrenados en recibir y procesar las emociones de los pacientes, este oficio está bastante invisibilizado. “Nos sentimos infravalorados, la gente no conoce bien nuestro trabajo”, afirman Juncal Tello, Aurora Delgado y Eduardo Montero, protagonistas de nuestra historia. Los que somos testigos de esas ambulancias que circulan por nuestras calles estos días, quizás, no somos conscientes de la importancia de su trabajo. “Somos los grandes menospreciados de la asistencia extrahospitalaria”, explican.

Juncal, Aurora y Eduardo trabajan en Sanir, empresa de transporte sanitario con sede en la localidad madrileña de Getafe. Con 20 años de experiencia, una flota de 665 ambulancias y alrededor de 4.000 traslados de pacientes diarios, Sanir proporciona asistencia y transporte urgente y programado bajo la coordinación del SUMMA 112.

“Precariedad, gente viviendo en condiciones que impresionan bastante. Cuando te metes en una casa te encuentras cada cosa que impacta”

Estos profesionales pisan mucha calle que es el lugar donde están las historias, eso les permite hacer una radiografía muy precisa de nuestra sociedad. Palpan el aumento de los problemas de salud mental, la violencia de género, la soledad no deseada o el aislamiento que sufren muchos de nuestros mayores porque nuestras ciudades se han convertido en lugares estresantes que favorecen la depresión, la violencia o la desigualdad. “Precariedad, gente viviendo en condiciones que impactan bastante. Mucha gente que se aísla en sus domicilios porque viven en un cuarto o quinto sin ascensor. Cuando te metes en una casa te encuentras cada cosa que impacta”, explica Aurora.

Actualmente, el número de mujeres al volante de una ambulancia es muy inferior al de hombres. Los prejuicios y sesgos de género influyen en la labor de unas trabajadoras cuyas capacidades son cuestionadas con frecuencia. Diversas encuestas confirman que tres de cada cuatro reconocen haber sufrido algún episodio de menosprecio por parte de los pacientes, de los familiares o de sus propios compañeros. Discriminaciones silenciadas que cada vez se hacen más visibles gracias a testimonios como los de Juncal y Aurora: “Te ponen en duda cada cosa que haces, aguantamos comentarios machistas a todos los niveles, no se termina de concebir que haya mujeres y que además podamos ser buenas en ello”.