3.090 muertos en la frontera sur española, según 'Caminando Fronteras'
El descenso de llegadas a Canarias, casi un 60%, reduce un 70% el balance mortal de las rutas marítimas irregulares hacia España

Cadáver hallado en las inmediaciones de la playa del Faro de Trafalgar (Cádiz) tras el naufragio de una patera el pasado 5 de noviembre (ARCHIVO). / Román Ríos

Más naufragios, pero menos muertos. Podría parecer contradictorio, pero la explicación está en el cambio de rutas. La argelina, la que más crece, es transitada por pequeñas embarcaciones con pocos ocupantes; ahí es donde se han disparado las tragedias. Sin embargo, la que lleva a Canarias —donde las llegadas han caído un 59 %—, aunque sigue registrando una gran cantidad de víctimas (más de 2.000), son muchas menos que en el año récord de 2024.
En el conjunto de la frontera sur española, lo que constata el Colectivo Caminando Fronteras en 2025 es un descenso considerable en el número de víctimas que deja nuestro sistema migratorio: 7.000 menos que las contabilizadas por esta asociación en 2024. Sin embargo, aumenta el número de naufragios, sobre todo en la ruta de Argelia a Baleares, aunque con menos ocupantes por embarcación, frente a las grandes tragedias de los cayucos hacia Canarias del año pasado.
En su informe Monitoreo del Derecho a la Vida 2025, esta asociación señala que, por primera vez, la ruta argelina es el cruce migratorio más transitado, superando a la ruta atlántica y “duplicando la mortalidad con respecto al año anterior” en esas barcas que llegan desde el oeste argelino. La investigación documenta que, entre enero y el 15 de diciembre de 2025, 3.090 personas perdieron la vida, de las cuales 192 eran mujeres y 437 niños, niñas y adolescentes. La mayoría de las víctimas son de origen africano —argelinos, marroquíes, senegaleses—, aunque también se han registrado víctimas de Siria y Bangladesh.
Son 7.000 víctimas menos que en el informe de diciembre de 2024. Estos datos se recopilan a partir de llamadas de migrantes en dificultades desde las embarcaciones o de sus familiares desde tierra. El informe analiza 303 tragedias registradas, de las cuales 70 embarcaciones desaparecieron con todos sus ocupantes sin dejar rastro.
En la ruta argelina se han documentado 1.037 víctimas en 121 tragedias marítimas. El trayecto desde Argelia hacia las Islas Baleares, especialmente hacia Ibiza y Formentera, se reafirma como uno de los más peligrosos debido a la longitud y dificultad del recorrido. Según esta asociación, se han recuperado casi 60 cadáveres en las costas baleares.La ruta atlántica hacia las Islas Canarias continúa siendo la más letal, con 1.906 víctimas, aunque registra un retroceso significativo en el número de llegadas y tragedias. Sin embargo, se ha abierto una nueva ruta migratoria más lejana y peligrosa hacia Canarias, con salidas desde Guinea Conakry. En el Estrecho destacan las tragedias en los accesos a nado a Ceuta, donde se han contabilizado 139 víctimas, de las cuales el 24 % son niños, niñas y adolescentes.
Según la portavoz de esta asociación, que lleva desde 2007 monitoreando estas rutas marítimas, “la reducción del número global de personas fallecidas en las fronteras no es consecuencia de una mayor protección del derecho a la vida. A pesar de este descenso estadístico, estamos registrando un aumento del número de tragedias, ya que muchas de las rutas actuales utilizan embarcaciones con menos personas a bordo, lo que fragmenta las cifras sin reducir la letalidad. Al mismo tiempo, se observa un incremento de los intentos de llegada y de los episodios mortales, especialmente en la ruta argelina y en los cruces a nado hacia Ceuta, así como la apertura de nuevas rutas cada vez más largas, lejanas y peligrosas, que exponen a las personas a un riesgo extremo”, señala Helena Maleno, coordinadora de la investigación.
Caminando Fronteras identifica en su investigación “diversas causas que afectan directamente al derecho a la vida en los cruces migratorios, muchas de ellas vinculadas a la responsabilidad gubernamental, como la demora en la activación de las búsquedas, la falta de coordinación entre Estados o la omisión del rescate aun cuando se dispone de la posición de las embarcaciones. A ello se suman condiciones estructurales que empujan a las personas a emprender trayectos extremadamente peligrosos, como el uso de infraembarcaciones, las largas distancias, la sobrecarga de las embarcaciones y las condiciones meteorológicas adversas”, destacan en este balance anual sobre la mortalidad en las rutas migratorias hacia España.




