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Opinión

El consumismo

En cuanto al año que termina, mi sensación solo puede ser positiva porque se ha cumplido mi deseo de las Navidades pasadas, que era el del chiste de virgencita, que me quede como estaba

Ignacio Martínez de Pisón: "Al 2026 le pido lo mismo que los militantes del PSOE le pedían a Zapatero cuando llegó a la presidencia: no cambies"

Madrid

Un año más, un año menos. Llega el momento de hacer balance, solo que este año, recién alcanzada la edad a la que la gente se jubila, tendría que hacer balance no de un año sino de una vida entera, lo que me resulta aterrador. Menos mal que a los boomers nos retrasaron dos años la edad de jubilación: dejo ese balance para finales de 2027.

En cuanto al año que termina, mi sensación solo puede ser positiva porque se ha cumplido mi deseo de las Navidades pasadas, que era el del chiste de virgencita, que me quede como estaba. Pues eso: que, como decía Julio Iglesias, la vida sigue igual, lo que no es poco, teniendo en cuenta lo mal que pintaba todo.

Cumplir sesenta y cinco años es algo que uno venía temiéndome desde hace tiempo. ¿En qué he cambiado desde que los tengo? Al menos en una cosa: en que he empezado precisamente a detestar los cambios, que casi siempre son para mal, así que al año que empieza le pido lo mismo que los militantes del PSOE le pedían a Zapatero cuando llegó a la presidencia del gobierno: no cambies, no cambies.

Recuerdo que, en mi infancia, en las galas televisivas de Nochevieja siempre había algún chistoso que, cuando le preguntaban cómo preveía el nuevo año, decía que sería el año del consumismo: con su mismo piso, con su mismo coche, con su mismo abrigo. Exactamente eso es lo que le pido yo al año que empieza. Feliz año para todos.