Daniel Sánchez Arévalo, Tamar Novas y la reivindicación del buen rollo y lo colectivo en 'Rondallas'
El director y el actor presentan el gran estreno del cine español para empezar el año, una comedia tierna y vitalista sobre el duelo, la música y la superación a través de la música y la cultura popular

Cadena SER
Madrid
Pocos directores tienen la habilidad de arrancar desde un hecho dramático para luego deslizarse a la comedia. Daniel Sánchez Arévalo irrumpió así en el cine español con 'AzulOscuroCasiNegro', una película que nos presentó algunos de los mejores actores de su generación. Después ha ido oscilando por distintos tipos de comedia y el uso del humor con títulos como 'Primos' o 'La gran familia española'. Después de 'Diecisiete', película que estrenó en Netflix, tenía ganas, nos dice, de volver a la pantalla grande. "Me agobia muchísimo el sentir que el cine ya ha dejado de ser una experiencia rutinaria, una costumbre y que se convierte en algo más extraordinario. La autoría no está peleado con lo popular. El hecho de intentar devolver a la gente al cine me parece ahora mismo también muy necesario. Y hay muchas maneras de hacerlo, no solo con el cine familiar infantil, que es el único que realmente está funcionando ahora, también yo entiendo que puede haber un cine familiar adulto", defiende.
Y lo hace con 'Rondallas', una comedia amarga de nuevo, que fue en realidad un encargo de su productor Ramón Campos. "Antes que productor es uno de mis mejores amigos y me enseñó un vídeo de YouTube de la Rondalla de Santa Eulalia de Mos, con sus trajes tradicionales, gaitas, percusión, instrumentos muy autóctonos versionando 'Thunderstruck' de AC/DC. Y a mí se me puso la piel de gallina. Donde decidí que había una peli, fue el primer día de los ensayos. De repente veo que se reúnen más de 100 personas, desde niños y niñas muy pequeñitos, gente muy mayor, no hay músicos profesionales y esa sensación de amor por la tradición, por la cultura, por la música, la sensación de pertenencia, de sentirse que eran parte de algo", apunta.
Sin embargo, Sánchez Arévalo ha hecho suya esta historia local que habla de valores y temas universales como la familia, el duelo o la capacidad de trabajar juntos en comunidad. "Yo siempre digo que yo a lo que aspiro en la vida es a perfeccionar en el arte de mezclar comedia y drama, y que las comedias que merecen la pena, o por lo menos las que a mí me gustan, siempre parten de una base dramática. Y aquí había ese caldo de cultivo para explorar, una historia coral te da pie a meter muchos ingredientes, e ir mezclándolos, y eso es bastante delicado y complicado. Es la delgada línea de que te puedes pasar de un sitio o del otro, o sea, puede hacer que la receta se vaya al traste", explica sobre los tonos de este film.
Una Rondalla es un grupo musical típico y característico de una zona concreta de Pontevedra donde cada pueblo compite en un torneo anual en una pequeña población pesquera. Y estos personajes deciden recuperar la Rondalla después de haber vivido una tragedia en el mar. María Vázquez y Judit Fernández son una madre y una hija que perdieron al padre en un naufragio y, mientras se investiga aquel accidente y superan el duelo, se adentran en recuperar la Rondalla, al tiempo que ambas lidian con relaciones sentimentales con Javier Gutiérrez y Fernando Fraga.

Entrevista | Daniel Sánchez Arévalo y Tamar Novas por ‘Rondallas’
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La ilusión, la alegría, el trabajo en equipo para conseguir un objetivo común, y la música como tradición y aglutinador de la comunidad son los elementos más bellos con los que juega Sánchez Arévalo, que maneja las emociones y la intensidad del drama y la comedia gracias en parte a personajes cómicos como los de Xosé Touriñán y Tamar Novas, dos hermanos enfrentados por la Rondalla. "Dani predica con el ejemplo. Tú ves un rodaje de Daniel Sánchez Arévalo y todo el mundo tiene un lugar. Es muy difícil, yo creo que es imposible, no me he encontrado a nadie que no esté a gusto en un rodaje de Dani. Y creo que eso es una cosa que también tiene la película. No sé si ocurre siempre que un artista, que un creador, defienda una forma de hacer muy colectiva. Para mí eso es liderar. Estar en un equipo y sentirte muy importante. Yo me siento importante en esta historia porque hay una persona que escucha a todo el mundo y que coge lo mejor, elige bien y te sientes muy libre. Tienes la sensación de poder tirarte en libertad y que va a haber alguien ahí que te va a recoger. Yo creo que hablando de política, eso es lo que tiene que hacer alguien que manda, que lidera, que decide, hacerte sentir seguro, que es lo mínimo que le pedimos a nuestros gobernantes, que ya ahora es mucho pedir", argumenta el actor.
Una película coral de personajes, que habla del amor y la amistad, pero también de cómo superar los baches de la vida, donde el arraigo y la pertenencia al grupo son claves. "Vivimos tiempos muy oscuros, muy polarizados, muy individualistas. Y el hecho de que la gente se ponga de acuerdo es muy difícil. Mi mayor ejemplo siempre es en mi comunidad de vecinos. Digo, si no nos ponemos de acuerdo para algo muy sencillo que nos beneficie a todos, imagínate si lo extrapolamos a la sociedad. Y en esta Rondalla también hay muchas diferencias de gente que tiene cosas sin resolver, que hay gente enfrentada". Una comunidad que, como la del cine, tiene que ser abierta, accesible, pero también fiel a sí misma y a sus valores, esos que son capaces de transmitir en la gran pantalla una energía contagiosa para salir adelante.




