Hora 25
Sociedad

"Es imprescindible que las políticas sean valientes y que lleguen a la gente, especialmente las de vivienda"

Pablo Tallón analiza el momento político, que puede parecer "una batalla de gallos constante"

Pablo Tallón durante un programa de 'Hora 25'

En un momento en el que puede parecer que la política es una guerra dialéctica o una batalla de gallos constante, no está de más recordar que de la política depende que Barcelona invierta 288 euros por habitante en políticas sociales, que Madrid se quede en 165 y que haya ayuntamientos, como el de Badajoz, que ni siquiera alcancen los 60 euros por ciudadano, según un estudio que hoy hemos conocido de la Asociación Estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales.

Porque la política no es, o no debería ser, un partido de fútbol en el que eliges bando por un tema emocional, sino que la política son casi todas las otras cosas: de la política depende, por ejemplo, que las mujeres aborten libremente o se casen entre ellas libremente; las horas que trabajamos cada día; que haya o no topes de precio al alquiler; que los ricos sean menos ricos para que todo el mundo viva mejor; que haya que esperar más o menos para que te visite el dermatólogo; o incluso, de la política depende que tu calle esté limpia o que la farola funcione correctamente.

Ahora bien, teniendo esto claro, también hay que asumir, y eso los partidos lo saben, que para buena parte de la ciudadanía la política es un tema emocional, que demasiado a menudo depende de algo tan anecdótico como si te cae bien o mal un político. Eso explica las clásicas imágenes de candidatos abrazando niños en campaña o los actuales vídeos en los que, por ejemplo, el presidente del Gobierno comparte sus gustos musicales.

Hablar más de políticas y menos de lo accesorio

Pero es que, después, hay otra segunda vertiente en el terreno de las sensaciones que se resume en algo elemental, en la pregunta “¿yo vivo bien?” y es difícil que la respuesta sea afirmativa si esa persona se desloma trabajando y después o no puede pagarse un piso o, si puede pagárselo, después ya no le queda ni para salir a cenar un viernes por la noche.

Por todo eso, y ante el ascenso imparable de la extrema derecha, hoy sin ir más lejos un barómetro pronostica un ascenso fuerte de Aliança en Barcelona, ante eso es clave hablar más de políticas y menos de lo accesorio de la política; pero también es imprescindible que esas políticas sean valientes y que realmente lleguen a la gente, especialmente en materia de vivienda.

Porque, si no, el riesgo, un riesgo que no nos podemos permitir, es que invertir en políticas sociales 300 euros por habitante o menos de 60 pase a ser una cuestión secundaria para parte de la ciudadanía.