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Un mecánico anónimo admite hacer trampas aunque sabe que si sale algo mal prácticamente no hay marcha atrás

Uno de los sistemas más polémicos de los últimos años y una solución controvertida

Fotografía de stock de un mecánico / da-kuk

El mantenimiento de los vehículos es algo primordial que todos debemos hacer, al menos el mínimo indispensable si queremos que estos sean duraderos y seguros, pues hay muchas vidas en juego. Sin embargo, a veces, por muy bien que tengamos el coche, es imposible evitar ciertas averías, ya sea por desgaste o porque algo se rompe por motivos que no podemos controlar, y ahí vienen los quebraderos de cabeza.

Unas de las que más traen son las relativas al sistema AdBlue, eso que tanto ha dado que hablar en los últimos tiempos. Este lo llevan la mayoría de los automóviles diésel a partir de 2015, implantado para adaptarse a la norma anticontaminante Euro6 de la Unión Europea, impuesta en 2014 con el objetivo de limitar las emisiones de dióxido de carbono de este tipo de motores. Como tal, el AdBlue es un aditivo químico basado en una disolución de urea al 32% sobre base de agua destilada.

Este se inyecta en el catalizador para que la reacción que se genera convierta el óxido de nitrógeno tóxico en nitrógeno y vapor de agua, más beneficiosos para el medioambiente. El problema es que este sistema, que está junto al tanque de combustible, ha sido foco de diversos problemas como los del escándalo del 'dieselgate' de Volkswagen y los numerosos fallos que han presentado los utilitarios de, sobre todo, marcas como Citroën, Peugeot, DS y Opel, que comparten motores diésel PSAG. Además, solucionar las complicaciones de ese sistema es muy caro.

Sistema Adblue

Sistema Adblue / Dominik Spalek

Sistema Adblue

Sistema Adblue / Dominik Spalek

Es por ello que se buscan maneras para paliar esos gastos extremos, algunas veces hasta rozando la ilegalidad... o instalándose directamente en ella. Así lo ha asegurado un mecánico sueco al medio Carup, aunque ha querido guardar el anonimato mientras ha contado las prácticas que han llegado a hacer para que sus clientes no sufran duramente las consecuencias de lo que considera como "un sistema defectuoso".

"Es el último recurso"

Lo que cuenta este mecánico es que el AdBlue "es un sistema defectuoso y costoso de reparar", con la única solución que "cambiar todo el depósito, porque está encapsulado allí, y cuesta unas 30.000 coronas suecas (más de 2.700 euros al cambio)", por lo que la alternativa encontrada es la de desconectarlo. ¿Cuál es el problema? Que esto va en contra de la normativa europea y, por lo tanto, es totalmente ilegal. Desde Carup han hablado también con un experto en ello.

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Ulf Stefansson, abogado de Fordonsjuristen, explica que la desactivación del sistema "va en contra de la legislación medioambiental y el coche podría no pasar la inspección". "Desconectar o manipular el sistema AdBlue es ilegal tanto según el Código Ambiental sueco como según la legislación ambiental europea. El sistema AdBlue es una parte importante de la purificación de los gases de escape del vehículo y está regulado según las normas Euro 6 de la UE", comenta.

"Modificar o desactivar el sistema significa que el vehículo ya no cumple los requisitos de emisiones, lo que puede tener importantes consecuencias legales y financieras tanto para los talleres como para los propietarios de los vehículos", matiza Stefansson. Por su parte, el mecánico afirma que siempre intenta reparar primero, así que la otra medida "es el último recurso", pero "la gente llama cuando está en problemas. No tienen el dinero que cuesta reparar el error". "Siempre les explico que más adelante podrían surgir problemas. Tu coche puede no pasar la inspección y ya no ser legal", asegura el profesional del mantenimiento de automóviles.

Tanto en Carup como en la web danesa Boosted, que se ha hecho eco de la historia, comentan que en muchos países no tienen los medios de inspección para darse cuenta de que este método de limpieza de emisiones está desconectado, por lo que hay gente que quizá ha comprado un coche de algún particular y, sin saberlo, no lo tiene dentro de la legalidad, pudiendo meterse en un problema. El mecánico sentenció con una crítica bastante dura a los fabricantes: "Solo buscan ganar dinero y programar los coches. Quiero repararlos y ayudar a la gente, esto del AdBlue no es bueno, el sistema está mal diseñado".