Adiós a los atajos: una abuela centenaria revela sus secretos para una vida plena
Con unos hábitos férreos, esta mujer se mantiene saludable a pesar de su edad

Ilustración muer adulta y mayor / Malte Mueller

Hace poco más de un año, en 'La Ventana' de la Cadena SER hablaron con Manel Esteller, director del Instituto de Investigación Josep Carreras, que durante meses realizó un estudio sobre María Branyas en busca de pistas para desentrañar el secreto de su extraordinaria longevidad, pues en marzo de 2024 cumplía 117 años y se adjudicaba en ese momento el récord de ser la persona viva con más edad de todo el mundo. Los datos fueron significativos y marcaron ciertas pautas.
Sin ninguna enfermedad grave, tan solo tenía algunos problemas de audición y en las articulaciones. "Sabemos que sus cromosomas están al límite y que en sus células hay varias mutaciones, lo que confirma que es posible vivir con ellas. Además, hemos constatado por el estudio de su metabolismo que en sus microbios hay presencia elevada de bacterias asociadas a la leche y los yogures, alimentos que le gustan mucho", decía Esteller, que apuntaba unos "límites cromosómicos" en la longevidad humana hasta los 120 o 125 años.
Por su parte, Juan Manuel García González, profesor del Departamento de Sociología de la Universidad Pablo Olavide de Sevilla y demógrafo investigador en longevidad, realizó una investigación con su grupo de trabajo en la que entrevistaron a una treintena de centenarios, obteniendo ciertos datos recurrentes en cuanto al estilo de vida de esas personas. "Uno de los más significativos es el grado de actividad que han tenido estas personas a lo largo de su vida y sobre todo a partir de alcanzar la edad teórica de jubilación", manifestaba.
"Por lo que nos cuentan, son personas que han vivido precariedad, penurias, han sufrido una guerra, dos dictaduras, unas condiciones materiales nada fáciles, pero que coinciden en una cosa: no han parado de hacer cosas, no se han quedado quietos ni de cuerpo ni de cabeza. Son personas que se mantienen activas, con ganas de hacer cosas, que leen, cosen, hacen actividades de ocio, etcétera", apuntaba García González, marcando una premisa que, además, se puede comprobar también en ciertos casos concretos como el que saltó a la luz con la historia de otra centenaria nativa de Dakota del Norte (Estados Unidos).

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Evie Riski tiene 100 años y se encuentra totalmente lúcida y sana gracias a una vida en la que ha seguido rutinas constantes durante décadas que, según ella, son las que le han llevado a alcanzar esa longevidad sin dificultades aparentes. Ejemplo de ello es que, en 1935, cuando tenía 10 años, su padre le regaló un diario en Navidad, lo cual abrió un camino de 90 años a partir de unas primeras líneas el 1 de enero de 1936 y que continúa ahora, casi un siglo después. Según contó a CNBC Make It, empezó escribiendo "lo que sucedió ese día, el clima o simplemente cosas sencillas".
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Michelle Locken, hija de Evie, cuenta que "todas las noches sacaba ese libro, se sentaba en la mesa de la cocina y escribía", y mirándolo con perspectiva sigue sorprendiéndose hasta ella, que está acostumbrada a verla, "porque trabajaba sin parar y crio a tres hijos. Tenía un esposo con una enfermedad cardíaca y cuidaba de sus padres. O sea, siempre estaba en marcha". The Washington Post también se hizo eco de la historia y allí confirmaron que, pasara lo que pasara, la mujer siempre ha dedicado 15 minutos al día a escribir en su diario, en cualquier escenario.

Foto de stock de una señora mayor escribiendo / Biserka Stojanovic

Foto de stock de una señora mayor escribiendo / Biserka Stojanovic
Y es que aseguró que lo hizo hasta después de dar a luz. "Escribí en un papel borrador y lo pasé al diario al llegar a casa. No tenía excusa para no escribir en él", declaró Riski, que con su tesón ha inculcado este hábito a su hija Michelle, la cual asegura que la animó verla y lleva haciéndolo también entre 15 y 20 años, habiendo rellenado ya un montón de cuadernos, al igual que su madre. Porque esto es un ejemplo de lo que la centenaria considera que hay que hacer para tener una vida larga y feliz: "Hay que trabajar duro. Simplemente esfuérzate por trabajar más duro toda la vida".
Ella lanza un mensaje para aquellos que quieren llegar a las tres cifras en su edad, diciéndoles que "sigan haciendo ejercicio, manteniéndose activos, comiendo todos los alimentos adecuados o intentándolo", explicando que toma vitaminas desde los 18 años, le encantaba el ciclismo y participaba en ligas de bolos con su marido y sus amigos. Así pues, en cuanto a su alimentación, cuenta que le gustan las comidas caseras. "No me gustan nada los alimentos procesados". Estos hábitos los conoce bien Anna Halvorson, administradora de la Sociedad del Buen Samaritano de Prairie Rose, donde vive Evie.
"Creo que ella simplemente se ha basado en lo que es bueno para ella y ha sido muy consecuente con esas cosas toda su vida, y eso ha sido inspirador", manifestando que Evie Riski "realmente valora a su familia y su vida familiar. Creo que, sinceramente, ese es uno de sus secretos para una vida larga y saludable. La familia". Porque, además de temas biológicos, el estado emocional, sentimental y anímico también interfiere (y mucho) en el bienestar y salud de las personas.