Compra una chaqueta de segunda mano por 2,40 euros y al revisarla se lleva la sorpresa de su vida

Las compras de segunda mano se han extendido alrededor del mundo en los últimos años, en parte, gracias a diversas plataformas que se han hecho muy populares a través de las que las personas vuelcan ahí los productos que ya no quieren o no necesitan con el fin de hacer un poco de espacio en sus casas y, de paso, ganar algo de dinero, que nunca está de más. De hecho, los datos apuntan un auge bastante grande en el sector de los artículos usados.

En 2022, Wallapop, en colaboración con Ipsos, publicó un estudio que arrojó la previsión de que desde ese momento a cinco años vista, uno de cada cinco españoles decía que gastaría más dinero en productos de segunda mano que en nuevos. Además, fijándose en tramos de edad, este informe apuntaba que los jóvenes de entre 16 y 23 años son los que más siguen este método de adquisición, algo que se sustenta por el hecho de que este tipo de consumo está muy ligado a la tecnología y a las aplicaciones de compraventa de segunda mano de fácil acceso desde los dispositivos móviles.

Y es que, además de ahorrar dinero, comprar por estas aplicaciones o en las tiendas físicas que se encuentran en cualquier rincón del mundo nos da la posibilidad de encontrar auténticas joyas de las que nadie, ni los propios vendedores, se han dado cuenta. Hay muchos ejemplos de personas que han conseguido productos de una calidad impresionante por un precio irrisorio simplemente por haber tenido más vista del potencial de lo que tenían entre manos que quien lo puso en venta. Así, algunas de estas personas tienen a bien compartir sus historias personales.

Las entrevistas de Aimar | Edurne de Oteiza, directora de Gestión e Innovación de Wallapop

00:00:0026:15

CopiarDescargarCompartirCerrar

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

FacebookTwitterLinkedinWhatsAppCerrar

Una chaqueta especial

Médium es una plataforma checa de blogs en línea elaborada por Seznam donde las personas pueden publicar libremente sus textos, explicando sus propias experiencias firmando con un simple nick. De esta forma, a colación del tema que nos ocupa, nos encontramos con la historia de una persona que se hace llamar Rossa, la cual aprovechó los 10 minutos que tenía antes de que llegara su autobús para entrar a una tienda de segunda mano. "Estaba mirando abrigos y suéteres, nada particularmente me llamó la atención. Excepto por una cosa: una chaqueta azul oscuro colgaba en una percha junto a la puerta".

"Era bastante discreta, a primera vista más masculina, quizás un poco retro. Pero cuando la tomé en mi mano, algo me detuvo. El material era diferente. Era firme pero suave, casi sedoso al tacto" y revisándola se dio cuenta de que tenía "una pequeña etiqueta casi invisible en la parte posterior del cuello", lo que le llamó la atención porque era "una marca que no conocía antes. Pero sonaba cara. Inmediatamente encontré el nombre en mi teléfono: Belstaff. Y en ese momento se me cayó la mandíbula", porque el producto que estaba en venta por 60 coronas checas (2,40 euros al cambio), se vendía en internet por entre 14.000 y 20.000 (entre 560 y 800 euros).

Ampliar

Cerrar

Rossa no podía creerlo, pero cuanto más buscaba, más claro estaba que tenía en sus manos un artículo original. "Un producto auténtico de una marca británica de lujo que usan celebridades, motociclistas y la familia real. Y lo acabo de comprar por el precio de dos panecillos y un café", escribía. Una vez llegó a casa, la lavó cuidadosamente y la inspeccionó, "no tenía defectos, manchas, ni siquiera signos de desgaste. Sólo una pátina sutil que actúa como marca de autenticidad en tales cosas" y, para mayor alegría, cuando se la puso, le "encajó perfectamente", siendo "ligera pero resistente" y "elegante pero no exagerada".

Desde entonces se empezó a interesar más por los artículos de segunda mano, e incluso fue a hablar con la vendedora de la chaqueta. "Me admitió que la chaqueta fue traída a la tienda por una señora que estaba liquidando un patrimonio. Dijeron que era ropa de su hermano, a quien le gustaba la moda pero pasó sus últimos años en el extranjero. Las cosas estaban envueltas, algunas eran nuevas. Y nadie sabía exactamente qué contenían. Ni siquiera ella misma. Me dijo que la chaqueta llevaba unos días en la tienda, pero que nadie se había dado cuenta todavía", cosa que le llevó a hacer una reflexión con lo ocurrido.

"Mi historia no se trata sólo de la chaqueta. Se trata de cuánto puede cambiar un pequeño paso. La próxima vez que te digas a ti mismo: 'No quiero ir a la tienda de segunda mano' o 'allí solo hay ropa vieja', intenta recordarlo. En algún lugar entre esas perchas podría haber algo colgado que cambiará tu día. O todo el armario. O, como en mi caso, te traerá una experiencia de la que hablarás durante mucho tiempo. Así que sí, compré una chaqueta por sesenta coronas. Y traje a casa un trocito de historia, estilo y felicidad. Y la sensación de que a veces el mundo recompensará incluso la más mínima curiosidad. Sólo hay que mirar con un poco más de atención", reflexionó la protagonista.