Si alguien se comporta así contigo, muy posiblemente te esté guardando rencor en secreto
Una serie de indicativos para conocer si alguien nos tiene rabia sin que lo sepamos

Ilustración sobre el rencor y la envidia / Mikhail Seleznev

El pasado mes de enero, Enric González firmaba un artículo de opinión en 'A vivir que son dos días' de Cadena SER en el que hablaba sobre la época que estamos viviendo, con la firme convicción de que "en el futuro se nos verá como gente muy resentida". "El resentimiento se parece mucho al rencor, pero no es lo mismo. El rencor funciona de forma más estable. El resentimiento viene a ser como un reflujo, algo que sobreviene, como la acidez de estómago o esos recuerdos que pinchan cuando la memoria los desentierra", definía.
Más información
González espera "que el ataque de ansiedad colectiva no dure mucho", pero sobre todo que este "no cause grandes destrozos", porque estos sentimientos que, en su opinión, se han instaurado en nuestra sociedad son altamente dañinos. El problema es que, en muchas ocasiones, estos no son detectables fácilmente porque conllevan comportamientos indirectos que llevan a tener que comprender ciertas emociones ocultas para intentar gestionar las relaciones y desterrar malentendidos.
En este sentido, desde Enikos se han dispuesto a echarnos una mano en este propósito de captar señales que no son fácilmente visibles pero que están ahí y nos ayudarán a entender los motivos por los que han cambiado algunas de las dinámicas de nuestras relaciones, todo ello con el análisis de algunos comportamientos que denotan que una persona nos guarda rencor en secreto. De esta forma, apuntan siete aspectos a tener en cuenta que te dejarán claro que hay cierta rabia hacia ti, e incluso para darte cuenta si tú lo sientes.

El rencor: "Si el odio fuera delito, yo estaría en la cárcel"
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Pequeños cambios en el comportamiento
Aunque solo sea un poco, cuando alguien guarda rencor cambia su comportamiento para con otra persona. Quizá no es algo brusco, sino que notas que quien "era alegre e interactuaba agradablemente contigo ahora es fría y distante. Es posible que no responda a tus mensajes de texto ni a tus llamadas telefónicas, o que evite reuniones sociales cuando sabe que se encontrarán contigo", explican en el medio griego. Todo ello puede darte ciertas pistas. Sin embargo, lo más inteligente es no sacar conclusiones apresuradas, porque ciertos cambios pueden deberse a algo más personal del otro que se nos escapa.
Comentarios pasivo-agresivos
Estos pueden manifestarse con respuestas sutiles en forma de humor extravagante o ironía, pero cuando se convierte en una constante y hay un patrón en el que cada vez que intervienes recibes respuestas de este estilo, puede ser un indicativo. Ni qué decir si la persona está haciendo comentarios maliciosos habitualmente, eso aclarará bastantes dudas. "Es necesario comprender el comportamiento de los demás para poder gestionar eficazmente diversas situaciones y comportamientos pasivo-agresivos".
Crítica excesiva
La persona que guarda rencor se suele volver bastante crítica tanto con acciones como con decisiones de la otra, pudiendo manifestarse cuestionando comportamientos pequeños e insignificantes o incluso con comentarios negativos que menosprecien nuestro trabajo y nuestra vida personal. Enikos cita un estudio publicado en Journal of Personality and Social Psychology que "concluyó que las personas que se centran en lo negativo en lugar de en lo positivo muestran un comportamiento pasivo-agresivo" y "recuerdan los errores del pasado y no valoran lo positivo. Su humor intensamente crítico es una expresión indirecta de ira".
Evitación
Los que tienen cierta rabia hacia alguien empiezan a distanciarse de ella, tanto física como emocionalmente. "La evitación es un mecanismo de defensa que tiene como objetivo proteger al individuo de situaciones disfóricas o gestionar sus emociones", apuntando que las señales de alerta sobre esto pueden ocurrir en cualquier circunstancia, desde "que se sienten al otro lado de la habitación o eviten mirarte a los ojos" hasta que "no respondan ni interactúen contigo en las redes sociales".
Exclusión
"La exclusión de un grupo es una forma sutil de expresar el enojo que alguien siente. Si sientes que alguien está intentando hacerte a un lado, esto puede indicar que en secreto está albergando ira", escribe el medio. Esto es algo que marca y suele ser objeto de miedo para muchas personas, teniendo hasta consecuencias físicas y cognitivas, tal y como se apuntaba en 'Si amanece nos vamos' de Cadena SER, donde se explicaba que "cuando somos rechazados se activan los centros de dolor en el cerebro. Es decir, nuestro cerebro registra el rechazo social como dolor físico".

Rechazo: El miedo a la exclusión
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Cambios en el lenguaje corporal
Además de a través de las palabras, los gestos y posiciones físicas de las personas también nos revelan información, por ello hay que estar atentos al llamado lenguaje corporal, que puede llegar a ser un gran indicador de lo que la gente piensa sobre ti. "Los signos distintivos del lenguaje corporal pueden expresar los sentimientos negativos", afirman en Enikos, por lo que acciones como que alguien evite mirarte a los ojos o que se gire en dirección contraria a la tuya podría ser revelador. Como siempre, cuando se marcan una serie de patrones aunados a todos los demás aspectos señalados.
Falta de empatía
"La empatía es la capacidad de las personas de sentir las emociones de los demás y es una piedra angular de las relaciones saludables" y su ausencia "conduce a la desconexión y se convierte en un obstáculo para una comunicación efectiva". De esta forma, cuando una persona permanece indiferente a nuestros problemas o incluso a nuestros logros, sin mostrar ningún interés, puede ser un factor a tener en cuenta para pensar que te guarda rencor. La indiferencia es una de las peores cosas que hay en este mundo, la cual se puede unir a algo más grave como que alguien sienta gratificante que te pueda suceder algo no demasiado bueno.




