Arranca el plan de casi 700.000 euros para rescatar a una de las estaciones más feas de Europa
Después de varias décadas, se restaurará para que recupere su máximo esplendor

Metro en París (Francia) / PhotoAlto/Jerome Gorin

En las grandes ciudades, el metro se antoja de suma importancia para la movilidad de personas, tanto para ir al trabajo como para la vuelta a casa, así como para realizar sus quehaceres diarios que, de tener que optar por usar el coche o por ir directamente andando, se encontrarían con problemas para aparcar, gastos de combustible que se dispararían, emisiones altas y distancias demasiado grandes que recorrer.
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El transporte público es básico, así que su funcionamiento y precio se mira con lupa por parte de los ciudadanos, que reclaman a las instituciones su optimización con esmero, al igual que su accesibilidad. Pero hay otros aspectos que también se tienen en cuenta, como es la estética, porque la adecuación de estas estaciones en el entorno urbanístico es algo significativo, pues a todos nos gusta que nuestras ciudades luzcan bonitas. Y esto lo vemos en los planes que se llevan a cabo para la restauración de algunas de ellas.
Es el caso de París, que tiene entre manos el darle un lavado de cara a la entrada de La Fourche, ubicada en la línea 13 al norte de la capital francesa, con una inversión de casi 700.000 euros para que deje de ser considerada como una de las más feas de Europa, etiqueta que tiene desde hace más de seis décadas debido a un suceso fortuito que nunca se terminó de arreglar pero al que ahora quieren ponerle solución.
Gran inversión para paliar antiguos daños
En el medio Express ponen de contexto cómo las estaciones de metro de París eran famosas por sus entradas de estilo Art Nouveau, diseñadas por Héctor Guimard, a principios del siglo XX, gracias a sus características "estructuras de hierro forjado, adornadas con sinuosos diseños pintados de verde", que "se convirtieron en sinónimo del encanto de la capital francesa", sin embargo, un accidente rompió la armonía general con lo sucedido en la de La Fourche.

Entrada de un metro en París (Francia) / PhotoAlto/Michael Mohr

Entrada de un metro en París (Francia) / PhotoAlto/Michael Mohr
En 1964, un autobús se salió de una curva, se estampó contra la entrada del metro y la destrozó, y aunque se intentó adecuar, el resultado final no fue satisfactorio, generando desde entonces que haya sido considerada la más fea de las que podemos encontrar en cualquier lugar grande de Europa. Ahora, las autoridades locales anunciaron que realizarán una remodelación que le haga recuperar el esplendor que tenía cuando se inauguró en 1911, devolviéndole el estilo característico del resto de la ciudad.
De esta forma, en el proyecto se recoge que utilizarán 1351 piezas de metal y 2884 azulejos para recrear la entrada, por supuesto, instalando las distintivas barandillas de hierro de color verde. Geoffroy Boulard, alcalde del distrito, comentó en The Times que están "encantados de que este proyecto finalmente pueda llevarse a cabo", siendo muy explícito en sus argumentos cuando declaró que "esta monstruosidad ha estado desfigurando el barrio durante 61 años, y ya es hora de que le demos nueva vida".




