Este padre asegura sentirse devastado al descubrir quién ha invitado su hija a acompañarla al altar en su boda
No se esperó que no le pidiera a él llevarla de su brazo y aseguró sentirse "destrozado"

Novia y padrino / moodboard

Una boda es uno de los días más importantes para los protagonistas, que dan un paso tremendamente importante que les cambiará por completo uniéndose a otra persona con la que compartirá momentos y situaciones, así como otros aspectos de carácter legal. Aunque los novios son los principales personajes de estos eventos, hay otros que tienen un peso bastante grande y que lo viven con especial ilusión.
Los padres, tradicionalmente, son los que tienen el papel de llevar a los contrayentes al altar para sus nupcias en un momento simbólico en el que dejan a sus hijos 'volar' del nido parental para hacer su propio camino, sin embargo, esto no siempre suele ser así y los novios deciden de quién irán agarrados del brazo para tan significativo momento. Según a quién elijan, puede suponer un golpe duro para quien se queda fuera.
Es lo que le ha pasado a un hombre que, anónimamente, ha contado su historia en la columna 'Pregúntele al terapeuta' del New York Times, donde los lectores presentan sus casos para que una experta les dé su parecer. Y este está viviendo un momento duro por la cercana boda de su hija, pues aunque se va a casar por la Iglesia, donde "las tradiciones entran en juego", esta ha decidido que no sea él quien la acompañe, sino que se lo ha pedido a su padrastro.
¿Sentimiento justificado?
Según recoge People, el hombre explica en la columna que se divorció de la madre de su hija hace 36 años, pero que siempre ha sido "un padre activo y presente" con "una buena relación" con su vástago, así que la decisión le ha dolido. "Supongo que él también será quien organice el baile padre-hija", añadiendo que todo este asunto le "ha destrozado" y que aunque no le ha dicho nada en forma de reproche, realmente no se siente nada bien, incluso considerando la posibilidad de no acudir al evento.
Más información
"No quiero ir a ver a este otro hombre (mi ex y yo tuvimos un divorcio terrible y lleno de ira) acompañar a mi hija al altar o bailar con ella", escribía en el New York Times, y aunque sabe que él no es el protagonista, se siente herido, llegando a tener pensamientos intrusivos de que a su hija tampoco le dolería mucho que no se presentara a la boda. De esta forma, preguntó a la experta, Lori Gottlieb, si sus sentimientos estaban justificados o, por el contrario, se comportaba de manera infantil.

¿Ha cambiado el amor?: aumentan los divorcios y el número de parejas durante una vida
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
La psicoterapeuta reconoce que "estos roles paternales tradicionales —acompañar a la novia al altar, compartir un baile— pueden tener un enorme significado emocional para algunas personas", pero que "hay otra manera de verlo". "Dado que su hija desea que su padrastro participe en su boda, parece que ha sido una presencia cálida y significativa en su vida. ¿Podría tomar distancia y apreciarlo no como un rival o un sustituto en la vida de su hija, sino como una adición positiva para ella?", le espeta, pues cree que debe quedarse con el beneficio para ella.
"Tiene dos hombres presentes y cariñosos que se preocupan por su bienestar, lo que para ella podría ser un regalo. ¿Ves ambos roles paternos como una inversión colaborativa en su vida, más que como una competencia?", añade Gottlieb, que intenta que el hombre intente dejar el dolor a un lado, aunque pueda resultar difícil, para pensar en que la felicidad de su hija puede ser mayor si se complementan ambos hombres.




